Descubre qué ocurre con tus propósitos de año nuevo

¿Cuáles son tus propósitos para el nuevo año?

“De enero no pasa que mejoro mi alemán, que aprendo a cocinar, mejoro mi alimentación, llamo más a mis padres, entreno para una maratón, medito más, leo más sobre divulgación científica, consumo menos azúcar, ahorro más dinero, tomo menos chocolate, viajo a nuevos lugares, soy más puntual (especialmente con los alemanes), etc.” (Cris – Decídete ya y cambia).

¿Seré capaz de cumplir estas metas este nuevo año?

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¡Yo me lío y ya no sé si estamos a pandemias, a nieves o a propósitos, vaya! :mrgreen: 


Descubre por qué te desinflas con tus propósitos de año nuevo antes de tiempo

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El diario de Bridget Jones arranca con una escena en la que se lamenta así: “Propósitos de Año Nuevo: beber menos. ¡Ah, y dejar de fumar! Y cumplir los propósitos de Año Nuevo”. 😉

¿Te resuena esta escenita?

Todas nos hemos sentido así alguna vez. Enero, además de conocido por su cuestita y por su frío en el hemisferio norte, es el mes en el que nos proponemos realizar cambios y adoptar elecciones y hábitos más saludables.

Arrancamos con excelentes intenciones, sí, pero, ¿cuántas de nosotras somos capaces de mantener en el tiempo este tipo de promesas?

El problema, es que enero también suele ser el mes en que abandonamos todas estas ideas, año tras año. 😐 

Tristes estadísticas sobre nuestros bonitos propósitos de año nuevo

De hecho, está comprobado que el 20% de los propósitos de año nuevo se dejan en las primeras semanas de enero, mientras que el 80% lo hace a lo largo del año.

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Pasándonos de ilusión de control, las metas que nos marcamos en enero, tras un mes plagado de excesos y culpabilidad, descubrimos que son, muy a menudo, inalcanzables.

Precisamente, haciéndose eco de estas flaquezas humanas, al comenzar cada año, y más precisamente del macabro año de la pandemia, los magos del marketing nos bombardean a todas con publicidad que exalta el mantra de ¡año nuevo, vida nueva!

En un intento por reconectarnos con la escritura ilusionada de una nueva página en blanco en nuestro proyecto vital, intentamos motivarnos mutuamente. Nos planteamos modificar nuestra dieta, leer libros de autoayuda, mejorar nuestro inglés, apuntarnos al gimnasio, o para descargar estimulantes aplicaciones de seguimiento de hábitos deportivos como Strava, por ejemplo.

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Si creemos firmemente, a 1 de enero, que una nueva vida es posible y que ésta se encuentra a un golpe de clic, de libro, de compra, etc. ¿qué puede fallar en esta ecuación, entonces?

Es obvio que debemos alabar nuestras buenas intenciones del 1 de enero, pero la presión que nos imponemos puede terminar por derrumbarnos.

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Un estudio de 2012 del Journal of Clinical Psychology demostró que, si bien casi la mitad de los estadounidenses también se plantean propósitos anuales, sólo el 8% logra cumplirlos. De hecho, hay una caída especialmente pronunciada a principios de año.

 

Según la investigación realizada por Strava, (si practicas deporte, seguro que la conoces), el 12 de enero es el día en que la mayoría renunciamos a nuestros objetivos para el año entrante.

La pena es que en nuestra renuncia a nuestros propósitos de año pagamos un peaje de desgaste, y solemos toparnos con falta de autocontrol, exceso de estrés y diversas emociones negativas.

Está claro que algo no funciona y que solemos desinflarnos en cuestión de días.

Entonces, ¿qué ocurre cuando nos sometemos a este ciclo infinito de expectativas y fracasos?


Principales motivos que torpedean tus propósitos de año nuevo

Déjame compartir contigo los principales pedruscos que te llevan a abandonar tus propósitos de año nuevo.

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Solemos dejar aparcados nuestros preciosos propósitos de año nuevo porque…

Diseñamos propósitos enormes y poco realistas, que se terminan convirtiendo en pedruscos enormes que cargamos sobre los hombros.

¿Qué opinas sobre el planteamiento de estos propósitos de año nuevo?:

  • “Este año bajaré 25 kilos siguiendo la dieta al pie de la letra”.
  • “Leeré dos horas todos los días”.
  • “Estudiaré inglés 20 horas a la semana”.
  • “Iré al gimnasio 2 horas diarias y 7 días a la semana”.

Tú misma puedes comprobar cómo este tipo de metas titánicas nos envuelven en el círculo vicioso de:

  • 1 de enero: “Soy una superheroína: puedo con todo y lograré todos mis propósitos”

  • ~ 12 de enero: “Ainssss. ¡ Esto es más difícil de lo que pensé! Me falta fuerza de voluntad”. 

  • ~ 1 de marzo: “Definitivamente no puedo cambiar. Mejor bajo los brazos y me quedo como estoy”.

  • ~ 15 de junio: “Bueno… Ya no llego a la operación “bikini”. Por mí que se acabe el año ya”.

  • ~ 1 de septiembre: “Venga… El año que viene me pongo las pilas de verdad y lo lograré todo”.

  • 31 de diciembre: “¡Vamosssss!! Mañana empieza mi nueva vida con todos mis grandes propósitos” ➡

  • … Y vuelta a empezar.

Eso es… Nuestra motivación arranca altísima al inicio del año, y parece que podríamos comernos el mundo, pero según van pasando los meses, esta motivación se nos cuela por el desagüe y nos instalamos en una actitud de “perdedoras por adelantado”. 😕 

Según avanza el tiempo, muchas de nosotras nos visualizamos como Homer Simpson despeñándonos y rebotando sin control ladera abajo. 🙄 

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Nos marcamos demasiados propósitos al mismo tiempo

Si no tienes claros tus objetivos es probable que vayas como pollo sin cabeza por la vida.

Eso sí, si sientes que tienes múltiples prioridades, tampoco tendrás ningún faro claro en realidad.

Tener demasiados propósitos que cumplir en nuestro día a día, nos desgasta generando un estrés innecesario a la hora de construir y mantener hábitos, de tomar decisiones eficaces y de gestionar los cambios oportunos.

Lo único que conseguirás con miles de prioridades “en revolquín” es debilitar tu energía mental, tu autocontrol y tu fuerza de voluntad.

El resultado más probable de este combo: un fracaso estrepitoso en todas las metas que nos propusimos.


Nuestras metas son poco claras o específicas

“Comeré genial, aprenderé un montón, haré mazo de ejercicio y lo pasaré en grande”.

Ese tipo de propósitos tan vagos nos deja mucho margen de concreción. Realmente no sabremos QUÉ tenemos que hacer, y así es casi imposible que seamos constantes en el tiempo para enfocarnos en nuestro proceso y lograr nuestra meta.


No tenemos claro por qué nos propusimos ese propósito

¿Alguna vez alguien te ha empujado a tener una meta y tú has decidido implicarte, pero sin tener claro el por qué o el para qué del sobreesfuerzo?

Nuestro cerebro, al percibir falta de honestidad o coherencia, puede resistirse a una nueva actividad o hábito si no tiene claro por qué o para qué introducir ese cambio.


No diseñamos ni aplicamos un sistema que nos respalde y concrete “cómo” lograr nuestra meta

Puede que tengas tu propósito clarísimo. No obstante, tu meta sólo te indica “hacia dónde quieres llegar”, sin señalarte «cómo lograr el cambio”.

Una meta en sí no te facilita las miguitas de pan o ese paso a paso para avanzar con constancia y lograr tu meta en tu práctica diaria, que es lo que cuenta, en definitiva.

Cuando solo nos enfocamos en lo que queremos obtener o en el tiempo límite para conseguirlo, pero no en el proceso, es más que probable que nos desinflemos y no alcancemos esos resultados que estamos buscando.

Es lo que ya sabemos sobre nuestra dinámica en los primeros meses del año:

  • Arrancamos con todo el power e intentamos buscar soluciones rápidas (muchas veces, parches temporales) ➡

  • Como no vemos los resultados “esperados”, renunciamos y bajamos los brazos 

  • Sentimos en el pellejo una especie de fracaso (incluso aunque hayamos logrado algún mini- avance), sacamos el látigo del “fustigamiento” y nos conectamos con la culpa. 😳 

Como ves, no contar con un sistema adecuado, suele torpedearnos y hacer que cometamos errores que nos alejen cada vez más de las metas que nos propusimos y de la persona que queremos ser.

 Si no tenemos una hoja de ruta clara para convertir nuestros propósitos en resultados…

  • Vamos a parapetarnos en un millón de excusas para posponer nuestras acciones.
  • Despertaremos nuestro miedo y resistencia al cambio.
  • Debilitaremos nuestra autoestima después de cada intento frustrado.

En cualquier caso, siempre hay esperanza en la deriva, incluso en época de pandemia. 😎 

Te garantizo que, con un buen plan, es posible cumplir con tus propósitos y formar parte de ese 8% de espartanas/os que logra sus metas.


Identifica tus áreas de mejora para que no cumplir la triste estadística del 12 de enero

A modo de cierre, esta es la pregunta más importante que tengo para tu reflexión ahora mismo.

¿Qué pedrusco suele boicotearte tus bonitos propósitos de año nuevo?

Ahora ya sabes lo que tú necesitas para lograr tus propósitos de año nuevo. Precisas de una guía paso a paso, que te permita continuar tu proceso (sin desfallecer y sin fallar) hasta ver los resultados que tú quieres. Suena bien, ¿verdad?

En este punto, un psicólogo cualificado podría ayudarte mucho y bien. Así que no te cortes a la hora de pedir ayuda profesional para ir logrando tus propósitos “a mordisquitos”. 

De momento, no te pierdas los avances que te iré desgranando en los próximos días para poner en práctica un sistema de cambio y mejora de tus hábitos en el nuevo año.

A lo largo de los próximos días compartiré contigo las claves aplicadas para lograr tus principales objetivos.

De hecho, estamos guisando una propuesta formativa para cumplir uno de los propósitos que suelen plantearme muchas de mis pacientes en consulta…

propósitos cuerpo

La mejora de la relación con el cuerpo para darle un empujón a la autoestima. 😀 … Un tema fascinante y más que necesario, ¿verdad?

Si quieres reconciliarte con tu imagen en el espejo y ganar en poderío, escríbeme un mensajito a info@cristinacenteno.com y te iré facilitando más pistas sobre el lanzamiento de esta oferta formativa. 

De momento, te dejo con estas reflexiones para que identifiques tus principales áreas de mejora al abandonar tus propósitos de año nuevo antes de tiempo.

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En tu mano está: ¿Decides bajar los brazos o poner en práctica un sistema eficaz para construir un proyecto de vida coherente y feliz?

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¡Un abrazo y hasta pronto!

Cris. Decideteycambia.

detalle-ola_cristina centeno

Soy Cristina Centeno, psicóloga y ahora “acanariada” feliz en Santa Úrsula. Te muestro claves de psicología y coaching que te ayudarán a soltar lastres, a zambullirte con humor y confianza en la incertidumbre, a liberarte de tus miedos y tu apatía, a tener más claridad, firmeza y autenticidad a la hora de decidir y cambiar.

¿Te ayudo a liderar la vida que realmente quieres y mereces?

 

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