Cambia tus hábitos de autocuidado para sentirte mejor

Decídete ya y ponte el mono de trabajo para mejorar tus hábitos de autocuidado

¿Tú también eres de los/as que dice que no tiene fuerza de voluntad a la hora de cumplir tus hábitos de autocuidado?

Ponte una “oreja por dentro” y responde con sinceridad a estas preguntitas, por favor:

  • Si tuvieras que ponerle una nota a tu disciplina para fijar y mantener hábitos de autocuidado, ¿aprobarías o suspenderías?
  • Empiezas con mucha fuerza, pero, según van pasando los días, ¿notas cómo tus buenas intenciones de cuidarte más se cuelan por el desagüe y te invade la “flojera”?
  • ¿Intentaste aprovechar las semanas de confinamiento para cambiar tus hábitos de autocuidado, y terminaste sintiéndote aún más frustrado al final?

Ponte el mono de trabajo y mejora tus hábitos de autocuidado desde hoy mismo. ¡Decídete ya y cambia!

Disciplina y cambio de habitos de autocuidado

Al hilo, tanto de algunas de las sesiones de videoconferencia que comparto habitualmente con mis pacientes, como de las preguntas que nos hicieron llegar a Esther “Comesanovivesano” y a mí, en nuestras sesiones de bienestar durante la cuarentena solidaria, he detectado una dificultad que nos une.

He comprobado cómo una de las principales dificultades y fuentes de malestar, que me hacen llegar personas fuertes y competentes como tú y como yo, es…

La «flojera» para fijar y mantener en el tiempo hábitos de autocuidado.

Muchos pacientes me han transmitido que, con la llegada de la crisis sanitaria y el confinamiento, se propusieron cuidarse más y mejor. No obstante, en sólo unos días, con la rutina, los automatismos, la falta de tiempo, el sofá que nos atrapa y, sobre todo, la ausencia de disciplina, ellos (y tal vez tú también) habéis vuelto a los viejos hábitos de siempre.

guia decisiones

Lo sé… lo sé. Los largos días de estivales que arrancamos en el hemisferio norte pueden darnos la excusa extra para posponer los buenos hábitos hasta septiembre.

Tranquilo/a… ¡Nos pasa a todos/as!

¡Subidas sobre nos tacones (o sobre nuestras zapatillas de running), sólo nos faltaría ser perfectos/as! 😉

Esta dificultad para gestionar y mantener nuestros hábitos de autocuidado puede convertirse en nuestro principal punto flaco a la hora de querer sentirnos saludables a medio y largo plazo.

 

¿El mejor antídoto frente a la “flojera” a la hora de cuidarnos? ¡Nuestra disciplina!

Para poder romper con los viejos automatismos, necesitamos algo más que buenas intenciones. Necesitamos integrar un kit extra de herramientas de disciplina a nuestra equipación de “espartanos” sanos y felices.

Esther de “Comesanovivesano” tiene mucho que aportarte para darte el empujón final en las diferentes facetas de alimentación saludable y autocuidado. En esta ocasión, yo vengo a hablarte de pildoritas de psicología para trabajar tu musculito de la disciplina.

Yo creo que el momento idóneo para empezar a sentirte mejor es HOY; no ayer, ni mañana, ni el próximo lunes. Te invito a introducir cambios en tus hábitos de autocuidado desde hoy mismo.

Si crees que tienes alguna asignatura pendiente para mantener tus hábitos de autocuidado en el tiempo, sigue leyendo, por favor. ¡Tú decides!


¿Se puede pasar el caos y la dispersión a la disciplina psicológica para el autocuidado?

Debo confesarte, en nuestro pequeño camarote, que cuando Esther y su bonito grupo de mujeres de “Subida en mis tacones” me propusieron escribir una entrada sobre estrategias psicológicas para ser más disciplinados/as en nuestros hábitos de autocuidado, rápidamente me asaltó la pregunta: ¿Cómo me tendría que haber equipado hace 10 años para perseverar en mis hábitos de autocuidado?

¡Cuántos quebraderos de cabeza me habría ahorrado hace unos años, de haber tenido los apoyos oportunos y una estrategia óptima al abordar este complejo arte del autocuidado y la alimentación saludable!

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Yo aún sigo en la búsqueda permanente de hábitos de autocuidado coherentes con mis necesidades y mis valores. En cualquier caso, nadie nos dijo que la travesía del autocuidado fuera fácil, fluida, estable, ¡sin oleaje cambiante ni contratiempos!

Afortunadamente, hoy en día disponemos de mucha información y muchos recursos de apoyo para el autocuidado: como el portal de Esther “Comesanovivesano” y su estupenda tribu de mujeres.

Si yo, de naturaleza dispersa y anárquica, he podido disciplinar mi musculatura psicológica para fijar, y lo más importante, para mantener en el tiempo, hábitos de autocuidado, tú también.

A día de hoy, te confieso que aún tengo mis “mini-vicios” y, sin ser gurú de la vida saludable ni nada parecido, la experiencia apunta a que hoy dispongo de unos pilares más sólidos para cuidarme más y mejor por dentro y por fuera.

Mi guiso de autocuidado

El autoconocimiento, la experiencia personal, la escucha de mi cuerpo, el deporte (como el running y el yoga), la meditación, el empujoncito extra de la cultura alemana, la práctica diaria de la psicología y el hallazgo de “profesionales diamante” como Esther han sido ingredientes clave en el guiso de mi autocuidado, tal y como lo entiendo hoy.

Al hilo de lo anterior, Esther seguro que puede hablarte largo y tendido sobre los cambios de hábitos que puedes introducir en tu vida para sentirte mucho mejor (por dentro y por fuera).

Yo no quiero perder la oportunidad de compartir contigo una lista de puntos y pasos que debes contemplar para ser más disciplinado/a en tus hábitos de autocuidado: información útil y condensada de psicología para pasarle la ITV a tu disciplina, y para reflotar tu motivación, tu perseverancia y tu confianza sin naufragar durante tu (larga y saludable) travesía.


Hoy nos toca entrenar el músculo de nuestra disciplina…

Considero más que justo y apropiado empezar a hablar de disciplina citando a algunas fuentes de inspiración teórica.

Theodore Roosevelt dijo, en una ocasión…

Con la autodisciplina casi cualquier cosa es posible.

Jim Rohn, en un escenario más contemporáneo, mencionó:

La disciplina es el puente entre las metas y los logros (…). Tiene el potencial de crear futuros milagros.

Dando un paso más en esta línea, Robert Kiyosaki afirma que…

La confianza viene de la disciplina y la formación.

Y, déjame decirte que creo que todos estos referentes teóricos están en lo cierto.

El concepto disciplina proviene del latín y hace referencia a nuestra capacidad para dominar los impulsos.

Como aperitivo, te adelanto ya que autodisciplina, éxito personal y felicidad están estrechamente relacionados…

Cuando somos capaces de elegir y priorizar lo que realmente queremos o necesitamos, por encima de lo que deseamos hoy; entonces somos capaces de lograr muchas de nuestras metas.

  


¿Qué puedes lograr con disciplina?

Considero que la disciplina es la clave para lograr todo lo que nos propongamos, desde interiorizar los mejores hábitos de autocuidado, de la mano de nuestra querida Esther, hasta visitar la luna; si es nuestro objetivo.

No sólo lo digo yo. Existen numerosos estudios que demuestran que las personas con autodisciplina son más felices. Lo sé, esta premisa puede ser difícil de creer si tenemos la opción de dormir unos minutitos más en lugar de sudar en la bici estática. 😆 

Creo que ya sabéis lo que me gusta hablar de decisiones. Las personas con un mayor grado de autocontrol pasan menos tiempo rumiando si deben o no entregarse a los viejos hábitos que perjudican su salud, y son capaces de tomar decisiones positivas con mayor facilidad.

Los espartanos del autocontrol y la disciplina no dejan que los impulsos cortoplacistas de búsqueda de la gratificación dominen sus elecciones. En su lugar, toman decisiones equilibradas, y, como resultado, tienden a sentirse más satisfechas con sus vidas.

Fácil decirlo, pero muchísimo más complicado ponerlo en práctica. Lo sé, porque ya te he contado que la falta de disciplina y mi caos natural han sido una clara kryptonita en mi vida.

A vueltas con nuestra kriptonita… la falta de disciplina

Seguro que has escuchado un millón de veces que, para conseguir un cambio positivo en tu vida, necesitas ser más disciplinado/a.

Ser disciplinados/as nos facilita el camino, nos hace ser constantes y dominar esos impulsos innecesarios que obstaculizan nuestro camino hacia nuestra meta.

Por todos estos motivos, la disciplina es una herramienta mágica y poderosa.

De hecho, uno de los mayores pedruscos con los que nos topamos, cuando queremos instaurar y mantener un hábito (profesional, social, formativo, familiar, sentimental, económico o de autocuidado) en nuestra vida, es nuestra falta de disciplina.

Podemos tener clarísimo en nuestra cabeza lo que queremos lograr, pero esta falta de disciplina podría ser el iceberg crucial que nos impidiese lograr lo que nos proponemos.

¿De qué pasta está hecha una persona disciplinada, entonces?

guia decisiones


 ¿Qué ingredientes metemos en el guiso de la disciplina?

Es evidente que cambiar hábitos nunca ha sido un tema fácil de afrontar ni de conseguir.

Es difícil llegar a dominar un hábito nuevo de autocuidado si no tenemos disciplina. Hasta aquí, todos/as de acuerdo, ¿verdad?

Para conseguir éxito en nuestra forma de cuidarnos hace falta más de un ingrediente. No basta con la motivación, ni con la buena gestión del tiempo. No basta con entender lo que nos dice el médico o lo que leemos en un artículo de real food, por ejemplo. Tampoco basta con la perseverancia.

Una persona disciplinada es aquella persona ordenada con sus hábitos y que trata de implicarse y de tener un compromiso con lo que decide que va a hacer. Hace falta, por tanto, un orden.

Recuerda: Tener disciplina implica tener un orden. ¡Y de esto mis vecinos alemanes saben un rato!

Ya sabemos ahora que en el guiso de la disciplina, el ingrediente más importante a añadir es el ORDEN. Para lograr este orden, necesitamos completar la receta siguiendo una secuencia y añadiendo aderezos y competencias psicológicas como la motivación, la toma de decisiones y la gestión de cambios

Necesitamos, por tanto, seguir varios pasos para lograr ese entrenamiento de la disciplina y el orden para eliminar nuestros hábitos más tóxicos e incorporar otros mucho más saludables.

Muy bien, hasta aquí todo claro.

¿Y cómo concretamos este guiso de la disciplina y el orden, entonces?

¿Cómo puede ayudarte la psicología a desarrollar más disciplina para mejorar tus hábitos de autocuidado, a pesar de los lógicos momentos de “flojera”?

Como dice el refrán, «gota a gota se llena la bota». Precisamente, existen varios salvavidas de psicología que te ayudarán a sortear tus mayores icebergs.

Yo no logré pasar de ser un caos total (en mi forma de alimentarme, de entregarme a la vida sedentaria, de incumplir todo tipo de horarios y hábitos de autocuidado, etc.) al proyecto de “mujer disciplina” de un día para otro.

Lejos aún de ser la “mujer disciplina”, he diseñado y pulido una ruta de navegación para que aprendas a ser disciplinado/a y para que alcances la fuerza de voluntad que necesitas para construir una vida más saludable y más feliz.

Los puntos clave para el desarrollo de la disciplina, a la hora de fijar y mantener hábitos de autocuidado, se ajustan a la secuencia de mi método Ilusión –> Elección -> Acción.


El método Ilusión –> Elección -> Acción para mejorar tu disciplina a la hora de fijar y mantener hábitos de autocuidado

Metodo Cris. Ilusión - elección - acción

Esquemáticamente, comparto contigo que las tres fases de mi método Ilusión – Elección – Acción, aplicado al ámbito de cambio de hábitos, se concretan en los siguientes puntos:

Ilusión

Si no sabemos hacia dónde vamos, es fácil perdernos o desviarnos del camino.

El primer paso implica, por tanto, reconectarnos con la ilusión y fijar nuestro «porqué» o nuestra meta: ese faro que es importante para nosotros/as y que nos da dirección y motivación para perseverar, a pesar de los pedruscos de la navegación.

Recuerda, en este punto, que tu curiosidad y la motivación son claves en la adquisición de un hábito.

Elección

El segundo paso implica seleccionar y cultivar aquellos pensamientos, aquellas actitudes, aquellas emociones y aquellas elecciones que nos aproximan a nuestro objetivo de autocuidado y de bienestar (a corto – medio y largo plazo); descartando y reestructurando todo lo que no nos sirve.

Acción

¡El tercer paso implica saltar! En este punto ya estaríamos bien equipados para aterrizar nuestro plan de acción, mediante la introducción de conductas, hábitos, rutinas, relaciones y cambios constantes, regulares y coherentes con nuestros objetivos de autocontrol, autocuidado y bienestar de partida.

De hecho, para lograr un cambio de hábitos tranquilo, lo ideal es que puedas introducir giros y variaciones en tu vida de una forma de forma gradual, controlada y consciente. Para profundizar en el contenido de este camarote, échale un vistazo a mi post «15 claves de psicología para surfear tus cambios con tranquilidad y fluidez«.

En lugar de pretender hacerlo todo de golpe, vayamos, eso sí, poco a poco; acercándonos “a mordisquitos” a nuestros objetivos de autocuidado.

Recuerda: ¡Los buenos hábitos y rutinas se tienen que cuidar!


Fin del aperitivo

De momento, éste es el aperitivo que quería compartir contigo sobre los beneficios de ser más disciplinados y de tener un “orden” a la hora de incorporar hábitos más saludables a nuestra vida.

La ventaja de ser disciplinada es la sensación de libertad y de satisfacción con tu propia vida. Porque si logramos ser disciplinadas conseguiremos vivir nuestra vida conforme a nuestros valores y deseos.

He perfilado contigo las paradas básicas de mi método Ilusión – Elección – Acción para lograr éxito al fijar y mantener hábitos de autocuidado, pero si quieres ir a por el sobresaliente, no te quedes aquí y navega un poquito más.

De nosotras depende afianzarnos en las ventajas del autocuidado. Creo que el esfuerzo merece la pena (o la alegría). 😉 ¿Tú qué opinas?

Yo ya estoy lista, ¿y tú? 😎 

Para profundizar en las ventajas de incorporar la disciplina de autocuidado a tu vida, te invito a visitar mi post 10 claves de psicología para ser más disciplinada a la hora de cuidarte más y mejor”.

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Por cierto… ¿Quieres que te ayude personalmente a entrenar tu disciplina y mejorar tus hábitos de autocuidado? Es muy fácil… Puedes reservar tu sesión estratégica  AQUÍ

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De momento, cuídate mucho y bien.

¡Un fuerte abrazo!

Cris. Decideteycambia

 

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*Imagen principal de mattmeyer3315 en Pixabay  

Soy Cristina Centeno, psicóloga y «acanariada» feliz. Te muestro claves de psicología y coaching que te ayudarán a soltar lastres, a zambullirte con humor y confianza en la incertidumbre, a liberarte de tus miedos y tu apatía, a tener más claridad, firmeza y autenticidad a la hora de decidir y cambiar .

 

1 comentario en «Cambia tus hábitos de autocuidado para sentirte mejor»

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