¿Quieres conocer cuáles son los principales retos que atravesamos los expatriados en un país como Alemania?
Este post es para ti, entonces… Te animo a seguir leyendo.
Ya te comentaba en mi último post que, al emigrar a un país como Alemania, cambia tu vida y cambia tu clima (y mucho)
Sobre los primeros contactos sociales, lo que es evidente es que en Alemania hay muchos alemanes 😉.
Esto implica la necesidad de tomarles la temperatura, medirles en las distancias largas, y en las cortas también, intentar atisbar su mapa mental y elegir tu mejor actitud en las relaciones.
Tabla de contenidos
¿Qué podemos decir de Alemania y los alemanes?
Soy psicóloga y me gusta explorar los entresijos humanos, pero no me atrevo a hacer generalizaciones.
También es verdad que, por economía mental, (casi) todos tendemos a funcionar con prejuicios y estereotipos. A riesgo de repetirme con cosas que ya sabrás, voy a mencionar las cositas que me chocaron más al llegar a Alemania, y las que me siguen sorprendiendo y divirtiendo más a día de hoy.
¿Los alemanes son más fríos? Ni sí ni no ni, todo lo contrario.
De entrada, me impactó de los alemanes, su lenguaje no verbal más serio, un estilo comunicativo más directo o, incluso, pelín agresivo (probablemente esto sólo era porque el alemán me sonaba muy rudo).
Además de su apego por la puntualidad, también comprobé que la gente aquí se toca y se acachorra menos. Los alemanes dan menos abrazos y besos, en general, y, si te muestras demasiado efusivo, pueden comportarse algo herméticos y torpes.
Ellos necesitan más tiempo para guisar los afectos, y esto es algo que ha podido venirles de perlas de cara a la hora de evitar más contagios de Covid.
También debo rescatar la tendencia a “educar” de algunos alemanes de la zona por haber hecho algo supuestamente mal.
Algunos vecinos alemanes nos han adoctrinado “notitas en el buzón” o preguntitas capciosas sobre nuestro reciclaje, sobre la limpieza de nuestras bicis, sobre el lugar de aparcamiento, sobre la locura de hacer un taladro el “ruhiger Tag” o sobre el cuidado de nuestra gata, por ejemplo.
Puede parecer que los alemanes son singulares y que tienen sus cosicas, pero, ¿quién no?
Considero, eso sí, que mis nuevos vecinos funcionan mejor en las distancias cortas y de largo recorrido. Con confianza y tiempo emerge lo mejor de ellos.
Cambia tu vida y cambia tu comida
Sobre la gastronomía alemana puedo decir que, más allá de la ensalada de patatas y el chucrut necesité un tiempo para adaptarme a la comida germana, o para encontrar mis productitos de la dieta mediterránea 😉.
Por otra parte, siempre me han gustado y acompañado mucho las sonrisas espontáneas de los alemanes por el bosque.
En el apartado de cosas graciosas, me sorprendió que los alemanes “se despelotasen” a la menor oportunidad (en balnearios y lagos) y que entrasen con sus perretes a todos los lados.
Cambia tu vida y cambian tus costumbres
También me hacía gracia lo de quitarme los zapatos antes de entrar a la casa de alguien.
Me resultaban curiosas las muestras de civismo y ciertos códigos sociales para eventos sociales… En las fiestas de cumpleaños de alemanes, por ejemplo, se estila el “B.Y.O” (Bring your own food). ¿Qué es B.Y.O.?
Juanki y yo disfrutamos haciendo comilonas en nuestras celebraciones. Por tanto, no entendimos el código B.Y.O. al principio, y nos plantamos con las manos vacías en la celebración de cumpleaños de nuestro amigo. Lección aprendida: porque no teníamos nada para preparar en la barbacoa 😉.
Algunos apuntes para tu nueva vida en Alemania
Al llegar aquí también me chocaron un buen puñado de cosas extra, por ejemplo:
- Que tengamos que pagar aquí por la tele y la radio.
- No encontrar fregonas o recogedores en el supermercado.
- Las maquinitas para reciclar las botellas.
- Los pisos de alquiler no tienen la cocina amueblada.
*Imagen de Jose Cabeza en Pixabay
- Que en los telefonillos o la dirección de la gente sólo verás los apellidos, y te tocará prospectar todo el edificio para atinar con el piso y la puerta de tu anfitrión.
- Principalmente, el trato es de usted, una vez superada la infancia.
- Que, a partir de las 16h los alemanes ya están tomando cervezas non stop.
- Los conductores respetan a las bicis como si fueran vacas sagradas por aquí.
- Y que hasta los perros y los niños alemanes son más silenciosos.
Todo esto hace de Alemania y de los alemanes un país singular, con sus luces y sus sombras, pero que se va descubriendo “capita a capita”, cuando logras relajarte y dejar atrás las comparaciones, los miedos y los prejuicios.
Apretando dientes que es gerundio en tiempos de adaptación
Es evidente que la principal llave para acceder a la gente y la cultura alemana, es manejar su idioma. Ya te comentaba que, al menos al principio, ese aprendizaje puede ocupar el 40 o 50% de tu tiempo, con sus lógicos avances y retrocesos.
Principal escollo a superar: aprender el nuevo idioma.
Al principio, tuve que pelearme con mi limitado alemán en la oficina de empleo, en la escuela de idiomas, en el centro cultural, en el ayuntamiento y hasta en el autobús.
Te confieso que, en más de una ocasión, salí llorando de algún establecimiento por la frustración de no entender ni poderme hacer entender.
Me sentía pequeña, estúpida e insignificante, y tendía a fustigarme con el látigo del perfeccionismo y la autoexigencia para acelerar mi adaptación. Pero esto tampoco me ayudó demasiado en mi proceso.
No fue algo que ocurrió de la noche a la mañana. Necesité tiempo, paciencia y mi mejor actitud para conocer y adaptarme las nuevas reglas del juego, permitiendo también que la vida y las oportunidades ocurriesen, mientras yo estaba en la acción de construir mi proyecto en Alemania.
Apoyándome en mi experiencia y mi trabajo con otros expats. he ido puliendo un botiquín psicológico para navegantes emocionales. Para explorar estas píldoras psicológicas, te invito a explorar mi camarote “El rincón del expatriado”.
Llega un momento en el que dejas de apretar los dientes todo el tiempo, y aprendes a aceptar y comprometerte con las ventajas y desventajas de tu nuevo país.
Hasta aquí lo quería contarte sobre los principales retos que atravesamos los expatriados en un país como Alemania.
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¡Un abrazo y hasta pronto!
Cris. Decideteycambia.
*Imagen principal de TheDigitalWay en Pixabay
Soy Cristina Centeno, psicóloga y «acanariada» feliz. Te muestro claves de psicología y coaching que te ayudarán a soltar lastres, a zambullirte con humor y confianza en la incertidumbre, a liberarte de tus miedos y tu apatía, a tener más claridad, firmeza y autenticidad a la hora de decidir y cambiar. |