Conoce la Iatrofobia: el miedo a médicos y diagnósticos

Momento de destapar el pulpo de la iatrofobia en tu vida

Descubre CÓMO y POR QUÉ el MIEDO a médicos, pruebas y diagnósticos puede limitarte, y mucho

Tal vez recuerdas el relato de mi paciente “Sandra” sobre su temor a enfermar.

Hablábamos de sus miedos y dificultades en el artículo Conoce el pulpo del miedo a enfermar o hipocondría  y, por otra parte le ayudábamos a hacer las paces con las señales de su cuerpo con Claves para superar el miedo a las enfermedades.

Hoy quiero que demos un pasito juntas y abordemos la incertidumbre y el temor que se cuelan ante una prueba o exploración médica y ante el posterior tiempo de espera de un diagnóstico médico.

Fíjate en lo que compartía, en una de nuestras últimas sesiones, “Inés”, otra de mis “terapiadas diamante”.

En unos días me harán una biopsia porque me han encontrado un bultito en un pecho. Ando muy nerviosa con esa intervención y con el tiempo de espera que vendrá después hasta contar con el diagnóstico médico definitivo y los posibles pasos o tratamientos a seguir.

Soy bastante ansiosa y lo estoy llevando fatal. Me paraliza el miedo a que mis seres queridos o yo misma podamos padecer alguna enfermedad grave, así que muchas veces no me hago las revisiones regulares porque todo lo relacionado con las médicos me da entre miedo y rechazo.

Todo lo que tiene que ver con médicos, pruebas y diagnósticos me da pánico. 😳 

¡Ahora estoy que me subo por las paredes! 

“Inés”, 34 años. Ingeniera. Valencia.

¿Qué opinas de las palabras y el miedo de “Inés” a médicos, pruebas y diagnósticos?

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Cuando sentimos miedo en nuestra relación con profesionales y procedimientos médicos

(Casi) todas y todos, en algún momento, acudimos al médico. Incluso, de manera frecuente, hasta el punto de considerar que la relación con todos los profesionales sanitarios es una condición inherente a nuestro bienestar individual y colectivo. Y no sólo en tiempos de pandemia.

Aunque no dudemos de los beneficios de esta relación con los profesionales sanitarios, algunas personas, como “Inés” tienden a vivir con temor, estrés o cierta ansiedad todo lo relacionado con el vínculo y el hilo conductor sanitario: la relación con los médicos, las pruebas y los tiempos de espera de un diagnóstico.

Por cierto, ¿te suena de algo la iatrofobia?

Un tipo de miedo que nos quita serenidad y calidad de vida: la iatrofobia

En un extremo del continuo de temor y estrés ante el vínculo y el hilo conductor sanitario, nos encontramos a algunas personas que sufren un trastorno de ansiedad concreto: la iatrofobia.

La iatrofobia apunta a un miedo irracional y persistente hacia los médicos y, en general, hacia todos los/as profesionales que se relacionan con estos espacios: enfermeras, terapeutas y odontólogos/as, entre otros.

El temor, en algunos casos, podría llegar a extenderse a fármacos, tratamientos y espacios de consulta médica.

Algunas personas que padecen este trastorno excusan su rechazo con argumentos como la falta de tiempo, la convicción personal de que lo que les ocurre es pasajero o la falta de confianza en lo que hacen los médicos.

En cualquier caso, esta condición de temor y razonamiento emocional sobre la salud debería ser tomada en serio y tratarse sin demora.

Este trastorno es el miedo incontrolado, anormal, persistente e injustificado a todo lo relacionado con los médicos y tiene una consecuencia muy clara…

Las personas con iatrofobia dejan de acudir a consultas y revisiones, por lo que pueden aparecer problemas de salud que no se han detectado a tiempo, o que avanzaron por falta de tratamiento.

Este temor puede estar asociado con experiencias negativas en consultas, hospitalizaciones o tratamientos anteriores. También con situaciones traumáticas en la infancia: visitas al médico, contagio de enfermedades o resultados negativos inesperados con exámenes y análisis.

Pero también puede influir el tipo de medicina que se ejerce hoy, marcada por tiempos rápidos y, en algunos casos, por cierta precipitación y atención de lo más superficial.

Aunque sea algo excepcional, este enfoque de rapidez, generalmente por falta de recursos, podría llevar a un mayor índice de errores o negligencias, que terminarían por darles argumentos a los miedosos.

Más iatrofobia en hombres que en mujeres

De hecho, hay personas que sienten miedo a:

  • Ser examinadas físicamente.

  • Al centro hospitalario, que perciben como un lugar hostil.

  • Investigaciones y pruebas médicas.

  • Al tratamiento.

  • Temor al estigma o discriminación que pueda suscitar la enfermedad.

  • A ser presionadas.

  • Miedo a vernos obligadas a cambiar nuestro estilo de vida.

  • A parecer débiles.

  • Temor a no tener el control de nuestra vida.

  • A las posibles consecuencias que pueda tener en nuestra pareja o vida laboral, por ejemplo.

  • En algunos casos, miedos a una posible disfunción sexual después del tratamiento.

  • Miedo a situaciones embarazosas o vergonzosas como, por ejemplo, vernos sometidas a pruebas clínicas relacionadas con nuestros geniales, nuestro recto o a situaciones relativas a nuestra higiene.

Varios estudios afirman que el temor aparece con mayor frecuencia en hombres de mediana edad. Curiosamente, es una etapa donde aumenta el riesgo de que aparezcan enfermedades como la diabetes o los infartos.

Estos temores también están conectados a determinados estilos o hábitos de vida. Según diversos estudios, es más frecuente en personas con hábitos más tóxicos (alcohol, tabaco, sedentarismo o consumo excesivo de comida poco saludable).

Además, como veíamos en nuestro artículo relacionado con la hipocondría y la nosofobia, hay personas que retrasan un diagnóstico porque tienen alguna confianza en la naturaleza, la providencia o el destino; o la negación del problema como mecanismo de defensa.

Si sufres iatrofobia, tendrás ganas de salir corriendo por tu miedo a médicos, pruebas y diagnósticos

Cada vez que una persona afectada por iatrofobia se enfrenta a un médico o a un ambiente hospitalario, puede presentar una serie de síntomas que son similares a los que aparecen ante cualquier miedo; entre ellas, una ansiedad que puede ser extrema.

Los tentáculos del pulpo de la iatrofobia son claros: sudoración excesiva, mareos, náuseas, sequedad en la boca, falta de aire al respirar, temblores, palpitaciones, dificultad para pensar, sensación de nerviosismo, sensación de irrealidad, miedo a perder el control y ganas de salir corriendo.

Estos síntomas pueden aparecer en conjunto, o solo algunos de ellos, con una severidad que dependerá de la gravedad del trastorno.


Nos urge tratar la iatrofobia

Como toda fobia, que por su naturaleza se integra con el miedo, el tratamiento de la iatrofobia puede ser un proceso muy lento y difícil de abordar, porque en cada persona se presenta de forma diferente y muchas de ellas tienden a rechazar todo lo que tenga que ver con un médico o alguna figura que se le asemeje.

Para manejarla es crucial que la persona afectada de iatrofobia acepte la intervención de manera voluntaria.

En la actualidad, la iatrofobia puede ser manejada o contrarrestada con doble artillería:

  • Con diferentes tipos de métodos dirigidos a controlar la ansiedad, por una parte.
  • Y con intervenciones psicoterapéuticas para que la persona analice y modifique su forma de pensar y acepte que los médicos no están para martirizarnos, sino para mejorar nuestra calidad de vida.

Y esta labor de los sanitarios como superhéroes ha quedado más que evidenciada en tiempos de pandemia, por ejemplo.

iatrofobia

¿Crees que es posible elegir nuestra mejor actitud en nuestra relación con todo el sector sanitario para el cuidado y mantenimiento de nuestra buena salud?

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Destapemos abiertamente los miedos médicos y nuestra angustia a la incertidumbre sanitaria

Puede que te haya pasado a ti, como en el caso de «Inés». O quizá no a ti, sí a una persona cercana: la visita a un especialista sanitario, la realización de una prueba médica y la tensa espera de un diagnóstico durante los días posteriores.

Todas y todos podemos hacer una ligera idea:

Nuestros días se hacen interminables y nuestro miedo y nuestra ansiedad parecen aumentar por minutos.

Sin duda, se trata de una situación muy estresante que suele ser difícil de gestionar. Entre otras variables, porque la incertidumbre es una de las sensaciones que peor gestionamos las personas; y ésta en concreto (como ocurría en los inicios de pandemia), es una situación de mucha incertidumbre.

La mayoría de las personas que lo hemos pasado, podemos concluir que es casi peor el tiempo que debemos esperar para obtener los resultados, que la certeza de un diagnóstico poco favorable.

Lo más habitual en momentos como estos es que pasemos, casi en cuestión de segundos, de un extremo al otro. Es decir, que pasemos de pensar que todo estará bien, a pensar, en cuestión de pocos momenticos, que el diagnóstico será malo o “terrible”.

En el fondo, hay angustia ante la incertidumbre.

Es la angustia ante lo desconocido, ante lo incontrolado, y por la necesidad de saber qué tenemos, pero al mismo tiempo saber qué nos va a ocurrir y si tendremos un cierto control sobre el proceso.

Al miedo al diagnóstico o tratamiento hay queinés añadir el miedo al pronóstico: las personas nos plantearemos principalmente cómo podremos superar una dolencia concreta. Se trata, en este caso, de un miedo a los procesos curativos que puedan ser dolorosos, traumáticos, agotadores, tediosos.

El pronóstico, por tanto, nos abre otras preguntas:

  • “¿Qué me va a ocurrir?”.

Y abre otra expectativa que lleva a la aprensión:

  • “¿Qué puedo esperar?
  • ¿Tendré que adaptarme a cambios en mi vida, secuelas, limitaciones?”.

Siento pincharte el globo, pero lamentablemente no existe, para esto tampoco, la receta mágica que nos haga las pruebas médicas y los tiempos de diagnóstico más fluidos. Existen, eso sí, algunas recomendaciones para que puedas hacer más llevaderos estos procesos de espera, incertidumbre médica y posible incomodidad.

En los próximos artículos, retomaremos este tema y seguiremos hablando mucho bien de las claves para que puedas afrontar mejor cualquier prueba médica y el tiempo de espera del resultado o diagnóstico.

De momento, cerramos aquí el contenido de este artículo, invitándote a pedir ayuda profesional si piensas que el pulpo de la iatrofobia está atenazando demasiado tu vida.

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Cris. Decideteycambia.

detalle-ola_cristina centeno

Soy Cristina Centeno, psicóloga y «acanariada» feliz. Te muestro claves de psicología y coaching que te ayudarán a soltar lastres, a zambullirte con humor y confianza en la incertidumbre, a liberarte de tus miedos y tu apatía, a tener más claridad, firmeza y autenticidad a la hora de decidir y cambiar.

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