Decídete por las mujeres y niñas en la ciencia

¡Ciencia, qué bonito nombre tienes! ¡Feliz 11 de febrero a todas y todos!

El 11 de febrero es un excelente día para reflexionar, celebrar y brindar por el papel de las mujeres y las niñas en la ciencia (y la tecnología).

El 15 de diciembre de 2015 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 11 de febrero Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Esta fecha pretende contribuir…

• Por una parte, al logro de una mayor participación y protagonismo de las mujeres en la ciencia

• A inspirar y empoderar en las niñas la elección de cualquier vocación: de SU vocación.

Hasta aquí todo claro.

Una para pausa para reflexionar

• ¿Qué habría pasado si Albert Einstein hubiera nacido como Alberta Einstein?

• ¿Habríamos conocido la Teoría de la Relatividad o se la habría usurpado algún otro científico varón de la época?

Recordemos, por ejemplo, el éxito en la sombra de Marie Curie.

Hoy abría el día leyendo un inspirador artículo de Newtral que rescataba el contenido de esta pregunta para reflexionar sobre el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

Mujeres que nunca pudieron celebrar el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

¿Has oído hablar de Mileva Marić?

Precisamente, Dani, el novio de nuestra sobri Andrea, ha venido a respaldar esta reflexión rescatando de la chistera a un montón de mujeronas virtuosas, pero prácticamente invisibles, y a la (casi) olvidada figura de Mileva Marić (o Mileva Einstein).

Mileva, además de la primera esposa de Albert Einstein, fue una matemática serbia que pasó innumerables horas trabajando junto a su colega Albertito en la mesa de la cocina.

En la actualidad existe un gran debate, tanto fuera como dentro del ámbito científico, sobre el grado de participación en los descubrimientos atribuidos a Albert. 

Todo apunta a que, tras la separación del matrimonio, Albertito se olvidó de la contribución de su colega en su éxito académico y económico, y Mileva tuvo un triste final de penurias económicas.

Sin atreverme a adentrarme en este jardín por falta de datos, es evidente que borrar de la historia de la ciencia a mujeres brillantes como Mileva no ayuda nada en la labor de demostrar que las mujeres estamos tan (o más) capacitadas como los hombres.

No podemos negar que, en los últimos años, se ha realizado un gran esfuerzo en esta línea de visibilidad y empoderamiento en la ciencia. No obstante, las mujeres seguimos encontrando claros obstáculos para incorporarnos y desarrollarnos en el mundo científico.

(¡Gracias, Dani por tus claves! ¡El mundo necesita muchos más (jovencísimos) “Danis” como tú: inteligentes, coherentes y sensibles!)

Los datos hablan por sí solos

De los 590 científicos que han sido laureados por el Premio Nobel en las ramas de física, química y medicina, sólo 20 fueron mujeres.

Tal y como ocurre en otros campos sociales, en la ciencia seguimos arrastrando prejuicios y estereotipos de género, segregación, discriminación, brecha salarial, y violencias machistas.

Tristemente los prejuicios y los estereotipos de género, que seguimos arrastrando, nos hacen chocar una y otra vez con el maldito techo de cristal y la invisibilidad del trabajo científico de las mujeres.

Esa brecha de género continúa manteniendo a las niñas y mujeres alejadas de los sectores relacionados con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.

Además, en este contexto de pandemia, estos obstáculos se han agravado, especialmente por la carga de cuidados (de peques “de tele-formación” y de personas dependientes) que recae principalmente sobre las mujeres.

Esta compleja conciliación hace casi inviable el teletrabajo de cualquier tipo, por ejemplo, o la publicación de artículos, condicionando la posterior evaluación de nuestro desempeño profesional.

La psicología y sus psicólogas

Seguro que, al pensar en psicología a todas nos asaltan figuras como James, Bandura, Pavlov, Piaget, Pinker (y, para muchos, Freud, incluso).

¿Y qué pasa con las psicólogas?

En la psicología también son muchas las mujeres que han realizado y realizan contribuciones significativas para el avance de la ciencia psicológica.

Algunos ejemplos que han consolidado nuestros marcos teóricos y nuestras prácticas terapéuticas han sido las investigaciones y los aportes de: Brenda Milner, Virginia Satir, Mary Ainsworth, Anna Freud, Elisabeth Loftus, Laura Perls, Leda Cosmides, Melanie Klein, Margaret Floy Washburn, Eleanor Maccoby y Mary Whiton Calkins, por ejemplo.

Mujeres invisibles en todos los ámbitos y disciplinas, y la psicología no es una excepción

Debo confesarte, sin embargo, que he tenido que hacer un trabajo de investigación para rescatar y sistematizar las aportaciones de estas psicólogas. Evidencia clara del desigual reconocimiento científico de unas y otros.

Rescatemos el importante papel de la ciencia y las científicas en tiempos de pandemia

Está más que claro que todas y todos (al margen de nuestra etnia, cultura, creencia religiosa, orientación sexual) necesitamos la ciencia (y la tecnología). Y hoy más que nunca.

El brote de la pandemia de coronavirus ha demostrado claramente el papel crucial de las mujeres investigadoras en los diferentes frentes en la lucha contra el COVID-19, desde los avances en el conocimiento de este virus tan ladino, hasta el desarrollo de técnicas para las pruebas y las vacunas contra el virus.

Como rescata la matemática y divulgadora Clara Grima, gracias a la ciencia y la tecnología hemos podido disponer, en tiempo récord, de vacunas en este túnel (o este difícil día de la marmota) en el que estamos metidas desde hace ya un añito.

Y está claro que aún nos quedan otros grandes retos que afrontar y túneles que atravesar, como la escasez de alimentos, el cambio climático, la resistencia a antibióticos, el cáncer, etc. Y para surfear todas estas olas, debemos sostenernos en tablas bien firmes…

La ciencia y la tecnología como tablas de salvación.

Son necesarias, por tanto, estrategias específicas que contribuyan a la igualdad y equidad de género también en el sistema científico.

Fortalecer la incorporación y la permanencia de las mujeres en todas las ciencias no sólo es justicia, urgencia y necesidad, sino que es una oportunidad para avanzar e innovar en la generación del conocimiento y en la construcción de una ciencia no androcéntrica. ¿Hasta aquí todas de acuerdo?

¿Nos faltan vocaciones o nos sobran techos de cristal?

Según datos extraídos de Newtral…

En las ingenierías hay un 71,5 % de chicos matriculados. En ciencias de la salud ellos son el 29,2 %. Hay bastantes más sanitarias, desde la enfermería (84,2 % femenina) a la medicina, donde las cifras se igualan.

Eso sí: 8 de cada 10 directivos en el campo clínico son hombres.

Aquí nos topamos con el famoso techo de cristal que deja fuera de puestos de responsabilidad a mujeres capacitadas para ascender.

Tradicionalmente ha existido una invisibilización de las mujeres en el terreno de las carreras científicas y tecnológicas.

Un aspecto crucial de la socialización de las niñas se vincula con los roles sociales que se les adjudican. A las niñas se les transmite la idea, a través de juegos, cuentos y juguetes, de que el rol social que se espera de ellas es el de madres y cuidadoras.

Además, frecuentemente se encuentran personajes masculinos en roles vinculados con la ciencia.

Todo esto podría haber desviado posibles vocaciones entre las más pequeñas, sobre todo en décadas pasadas.

En este punto, tengo cuestiones para tu reflexión:

• ¿Tú fuiste educada para destacar y brillar?

• ¿Te has sentido arropada en tu autoridad?

No hay más preguntas, Señoría. Puedes llegar tú misma a tus propias reflexiones. 🙄 

¿Cómo podemos revertir este proceso de invisibilización de mujeres y niñas en la ciencia y la tecnología?

Invitemos a las niñas a soñar con ser científicas

Permíteme ser más concreta:

Invitemos a todas las niñas y niños a ser lo que realmente quieren SER

Siguiendo las palabras de Grima…

Todas necesitamos a la ciencia (y a la tecnología) y la ciencia (y la tecnología) también nos necesita a nosotras. Clara Grima.

Por este motivo es tan importante visibilizar el papel de la mujer en la ciencia y la tecnología.

Y en este proceso de empoderamiento y visibilización todo pasa no sólo por alentar o motivar vocaciones (científicas y de cualquier tipo), sino por enseñarle a cualquier niña y niño que pueden ser lo que decidan ser, independientemente de su sexo.

La fecha que conmemoramos hoy busca fomentar todas las vocaciones (científicas, tecnológicas, sociosanitarias, creativas) de las niñas.

Pretende invitar a las futuras mujeres a proyectarse protagonizando la producción de conocimiento de todo tipo, imaginando que la investigación puede ser un lugar que las convoque y en el cual pueden desempeñarse en el futuro.

Todas hemos tenido vocación de investigadoras y científicas

Mi vocación infantil de investigadora y científica

A modo de autorrevelación, déjame compartir contigo unas pinceladas de mi infancia.

Como parte de una curiosidad insaciable, estuve a punto de quemar a mi hermana pequeña en uno de mis experimentos con una estufa y mi fascinación por la incandescencia. Creo a mis padres mi exceso de curiosidad y de ganas de experimentar les dio más de un dolor de cabeza.

A la que me quedaba en un ratito de silencio, ya la estaba liando bastante parda generando todo tipo de caos a mi alrededor en mi deseo por establecer relaciones causa – efecto.

En este sentido, las palabras que, a menudo, rescata mi madre de mi infancia pre-científica: “Eras como una pequeña Atila generando caos a tu alrededor, como si todo fuera un laboratorio en casa”.

A mí me encanta esa imagen de convertir el hogar en pequeños laboratorios infantiles de curiosidad y experimentación. Ojalá esa capacidad de asombro casi insaciable y esas ganas de hacernos preguntas nos acompañasen toda la vida, ¿no crees?

¿Qué podemos hacer? ¿La ciencia necesita que todas y todos seamos científicos?

¡Claro que no! La homogeneidad genera aburrimiento. Y no puedo imaginar un mundo en el que Sabina no sea cantante o Isabel Allende no escriba mis novelas favoritas.

La ciencia nos necesita a todas y todos, porque la ciencia necesita que todos los ciudadanos, políticos y responsables de un país sean conscientes de la importancia de invertir en ciencia.

Recursos de apoyo para todas y todos

Al hilo de lo anterior, desde la Pro-secretaría de Género, Diversidad y Feminismos de La Facultad de Psicología de la UNC han sistematizado diferentes cuentos de lo más inspirador.

En estos cuentos niñas inteligentes, curiosas y soñadoras son protagonistas de entretenidas historias que tienen como objetivo invitarlas a imaginarse a ellas mismas en el mundo científico. Y el mundo que les dé la gana, vaya.

Te facilito el listado que han recopilado en la web de la UNC:

 ¡Ojalá cada vez más referentes femeninas en los libros de ciencia que demuestren a las niñas que sí, que ellas también pueden! ¿No te parece?

A modo de guinda científica y feminista

A modo de síntesis, en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia todas y todos debemos aunar nuestras voces para visibilizar las dificultades que encontramos las mujeres y las disidencias en el actual sistema científico, desigual, patriarcal y androcéntrico.

Es más, todas debemos trabajar para lograr una ciencia con equidad de género, justicia y libre de violencias machistas, tejiendo lazos de sororidad y compañerismo.

Ojalá la celebración de este día sirva para que niñas y referentes, como lo fue la bióloga molecular Margarita Salas, dejen de encontrarse tanto pedrusco (brecha salarial, invisibilidad, techo de cristal, ataques machistas, etc.) en el camino del reconocimiento científico.

Un brindis por el reconocimiento y el liderazgo de las mujeres en la ciencia (y por la psicología y sus psicólogas también, por supuesto).

Hoy #diadelamujerenlaciencia también quiero aprovechar para agradecer el trabajo de miles y miles de mujeres del ámbito de la salud y la investigación especialmente. Y el de todas las mujeres que cargan (con su mejor sonrisa) con las tareas de cuidados; resultado de una desigualdad estructural todavía vigente en nuestra sociedad.

Sois unas heroínas y os debemos mucho, y lo más importante: sois el ejemplo de las nuevas generaciones de niñas que podrán soñar con dedicarse a las ciencias (y a lo que les apetezca: con batas, pero también con botas, cascos y chalecos de seguridad).

Por todo esto y mucho más, GRACIAS, científicas.

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¡Un abrazo y hasta pronto!

Cris. Decideteycambia.