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Adicción a las compras: claves psicológicas para detectar y superar esta dificultad
Pregunta rápida para ti…
¿Durante la época de Rebajas tienes dificultades para controlarte y no sucumbir a tanta oferta y chollo? «Alerta de comprador compulsivo».
Hace un tiempo compartíamos un artículo sobre el sentido y nuestras tendencias a las compras compulsivas durante el Viernes Negro, Black Friday: conoce tus trampas psicológicas.
Ya adelantábamos que, durante las temporadas de Rebajas, poco de lo que vemos es accidental o casual. Casi todo obedece a estrategias de marketing muy bien estudiadas.
Desde la distribución de los productos hasta la luz, pasando por la temperatura, la música e, incluso, el modo en el que el precio está marcado, dependen estrechamente de la estrategia de marketing que hay detrás de escena. Todo está pensado para hacernos picar durante la temporada de Rebajas.
De hecho, los expertos de las empresas saben que a nuestro cerebro le atraen los estímulos innovadores y, sobre todo, las oportunidades (chollos, gangas, ofertas irresistibles, últimas unidades o cuenta atrás para hacerte con tu supuesto oscuro objeto de deseo).
El comprador compulsivo es el sujeto más perjudicado por las Rebajas.
El colectivo de personas a las que suele afectar más este tipo de rebajas es a los compradores compulsivos. Aprovechando el comienzo de la temporada de Rebajas de Invierno en este hemisferio, hoy quiero que demos un pasito más, explorando claves psicológicas para detectar y superar
De momento, hagamos un inciso, en este punto, para recordarte algunas claves del trastorno de adicción a las compras.
Cifras y singularidad del trastorno de adicción a las compras
Sabemos de sobra que nuestra sociedad se basa en el consumo. Un consumo que a menudo no solo excede los productos realmente que necesitamos para vivir, sino que se convierte en algo tan desmedido que nos genera problemas evidentes.
Entre las derivaciones claras de nuestro consumo desenfrenado rescatamos el impacto medioambiental, pero también nos pasan factura los efectos socioculturales e individuales.
Ese impacto en las personas, en muchas ocasiones, toma la forma de una compulsión por comprar cosas.
¿Qué es el trastorno de adicción o compulsión por las compras? Hablemos de la oniomanía
La adicción o compulsión por las compras (también conocida como oniomanía) es un trastorno que implica un déficit del control de impulsos evidente en el afán por efectuar continuamente compras nuevas, en su inmensa mayoría de productos innecesarios o superfluos.
Todo apunta a que al 30% de los europeos nos cuesta controlar los gastos y alrededor del 16% de la población adulta compra compulsivamente, por purito placer. La adicción solo estaría reconocida en ese 7% de las personas.
Según un estudio del Hospital Universitario de Bellvitge, este trastorno de adicción a las compras afecta a entre el 6 y el 7% de la población.
El perfil más común de comprador compulsivo podría ser el de una mujer en torno a los 30 años de edad.
Este trastorno atraviesa casi todas las culturas modernas y se vio favorecido en la última década por el avance del comercio electrónico, y los dos últimos años, por las restricciones de la pandemia de Covid.
La adicción por las compras forma parte del cuadro de los llamados trastornos del control de impulsos, que también incluye problemas como la cleptomanía, la piromanía, la ludopatía y las conductas repetitivas centradas en el cuerpo.
Este trastorno de adicción a por las compras genera -al igual que cualquier adicción- múltiples consecuencias negativas en nuestras vidas.
¿Crees que a ti también se te va la mano con las compras compulsivas durante las Rebajas? ¿No sabes si eres un comprador compulsivo?
¿Qué es un comprador compulsivo?
El comprador compulsivo no tiene control sobre los consumos que realiza, haciéndolo de forma instintiva y gastando, en muchos casos, sin mesura.
¿Sientes impulsos intensos (y aparentemente irrefrenables) por comprar cosas que realmente no necesitas?
Después de la compra, esta persona suele mostrar remordimientos por sus excesivos gastos, pero, en su ciclo ansioso, termina volviendo a comprar reactivando esta perversa espiral.
Como vemos, estos compradores ansiosos o compulsivos adquieren productos innecesarios repetidamente y eso los lleva a experimentar no solo problemas económicos, sino también un nivel de malestar y de culpa elevadísimos.
Ahora vamos a detenernos para ver las principales singularidades y derivaciones del trastorno de adicción a las compras.
Claves para reconocer los patrones mentales – emocionales – conductuales de un comprador compulsivo
El problema del comprador compulsivo va más allá del ciclo conductual inicial, y se retroalimenta con “peces cagones” del siguiente tipo…
1. Anticipación de las compras.
“Los días que no salgo de compras siento ansiedad”.
2. Preparación o planificación de la compra (especialmente en rebajas, ofertas y promociones).
“Ahora que me sobra algo de dinero, aprovecharé las Rebajas de enero”.
Inicialmente, estas personas atraviesan una gran excitación provocada por una enorme ansiedad y esto las llevaría a comprar.
3. Placer o euforia momentánea con la compra (comparable a otras situaciones como la sexual, el juego o la droga).
“Comprar este caprichín (que, probablemente, no necesito) me hace sentir mejor”.
Recuerda… Querer (= desear) y necesitar son dos términos que las personas con conductas de compra compulsiva suelen confundir.
En el momento de la compra se produce una descarga emocional muy fuerte, una descarga de dopamina, que hace sentir a los compradores compulsivos, dosis repentinas (pero cortas) de placer, tranquilidad y bienestar.
4. Emociones de vergüenza, remordimiento y culpa.
“Las demás personas me juzgarían si supieran cuánto gasto”.
La sensación anterior de «gustito post-compra» siempre es efímera, ya que pronto estos compradores compulsivos se arrepentirán y sentirán más ira y tristeza.
Incluso en algunos casos, las personas se castigan duramente por esas compras que han realizado y por esa conducta de “dedito fácil” que no han sido capaces de controlar.
5. Posibles problemas económicos y familiares.
“No soy capaz de ahorrar nada y me avergüenza que mi problema se entere”.
6. Reinicio del ciclo de las compras compulsivas.
“No tengo remedio y no puedo evitar volver a caer en la tentación de las compras”.
Los fuertes reproches anteriores o las críticas exteriores no les impiden reincidir ya que, a pesar de los buenos propósitos, estas personas tienen claras dificultades para controlar su conducta.
Como podemos deducir por las fases de este ciclo y el contenido de los «peces cagones», estas dificultades de autocontrol suelen ir acompañadas de una baja autoestima y una insatisfacción personal.
Toda esta perversa espiral (de pensamientos – emociones – conductas desajustados y disfuncionales) lleva a los compradores compulsivos a sentirse estimulados por una compra sin reflexión.
No olvidemos que este tipo de perfiles necesitan ayuda y acompañamiento de profesionales especializados.
Qué hacer para solucionar la dificultad de compras compulsivas
Este trastorno, al igual que otros que afectan el control de los impulsos, se puede tratar con ayuda profesional, sobre todo de dos maneras: por medio de terapia psicológica cognitivo-conductual y, en ocasiones, con fármacos.
Más allá de esos tratamientos específicos, déjame compartir contigo una serie de consejos prácticos que resultan de ayuda, incluso para quienes no padecen una adicción a las compras.
Hablamos, precisamente, de esas personas, como tú y como yo, que, en ocasiones, caemos en tentaciones consumistas de las que luego nos arrepentimos.
Consejos para controlar las compras compulsivas
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Elabora un presupuesto con límites de gastos (mensuales o semanales), contemplando un presupuesto (realista) independiente para tus caprichos.
Intentar tener bajo control nuestra economía personal no es tan divertido si no nos permitimos jamás una excepción, en forma de capricho coherente o consciente.
Calcula cuánto puedes dedicar al mes a esos pequeños regalos de autocuidado y apártalo en un presupuesto secundario.
Por ejemplo, aparta algo de dinero para pedir comida a domicilio una vez a la semana o una cena en un buen restaurante a final de mes. También podrías autorregalarte una nueva prenda que necesites, el día que cobres.
¡Decide y prioriza que placer o bienestar te brindará en el medio y largo plazo!
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Realiza un seguimiento de tus gastos, para evitar que se descontrolen y detectar posibles patrones.
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Prepara una lista de la compra y trata de ceñirse a ella todo lo posible.
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En época de Rebajas, ignora el descuento de la etiqueta. Reflexiona sobre el precio real.
Intenta pensar en términos prácticos en el precio real de las cosas antes de comprarlas. Intenta dar respuesta a los siguientes interrogantes para tomar mejores decisiones de compra…
¿Cuánto tendría que trabajar para pagar lo que cuesta este móvil nuevo? ¿Podría gastarme ese dinero en algo más útil importante? ¿Cuántas veces usaré este producto y cuánto me costaría ese tiempo?
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Deja en casa todas las tarjetas de crédito y débito, en la medida que puedas, y paga en efectivo. ¡Dale vacaciones a tu móvil, incluso!
En plena era digital, de contactless, cashless y Bizum, te invito a ir a contracorriente, porque cuando ves que tu dinero desaparece de verdad de tu cartera, es más difícil justificar comprar innecesarias.
Si te ves obligado a pagar en metálico, te lo pensarás dos veces antes de sacar la cartera, ¿no crees?
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Acostúmbrate a desplazarte a las tiendas o centros comerciales en transporte público o andando, no en coche.
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Planifica, consulta tus decisiones de compra con tu almohada (al menos 7 noches seguidas) y evita las compras de última hora.
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Investiga y documéntate en Internet antes de hacer cualquier compra.
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No compres cosas en momentos de tristeza, desánimo o de euforia.
Un clásico: es fácil tender a darnos un capricho para mejorar nuestro estado ánimo. En cualquier caso, ese capricho, a medio o largo plazo, no hará que te sientas mejor, y muchas veces es el inicio de la espiral descendente de las compras compulsivas.
Cuando gastas dinero para combatir el estrés, en realidad estás añadiendo más culpa, arrepentimiento o desbordamiento emocional al momento en el que eres consciente del gasto extra que has tenido.
No podemos atacar los sentimientos negativos con acciones negativas.
En lugar de eso, procura hacer alguna actividad alternativa: positiva y constructiva.
Te invito a salir a dar un paseo, hacer deporte o quedar con tus amigas. ¡O al menos date un capricho más barato!
Recuerda que invertir en vivencias compartidas te reportará más placer a medio-largo plazo que las compritas de productos o trapitos.
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Ante la sensación de que el dinero “quema” en tu bolsillo o en la cuenta bancaria, procura transferirlo a una cuenta de ahorros.
En caso de no poder vencer la tentación de comprar algo, intenta que sea algo necesario, útil o productivo, y no ropa, dispositivos electrónicos u otros productos que demasiadas veces realmente no nos hacen falta.
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Realiza tus compras con la compañía «diamante» adecuada…
Piensa en esa persona que suele ponerle una nota de cordura y asertividad, en forma de NO, a tus decisiones más impulsivas.
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Trata de identificar las causas que activan la compulsión por comprar cosas y busca alternativas o nuevos intentos de solución para contrarrestar esos factores de insatisfacción o incomodidad inicial.
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Ahorra el dinero que te habrías gastado en compras impulsivas. ¡Date ejemplo y demuéstrate que puedes doblegar tus impulsos!
Aparta y deja descansar, durante dos o tres meses, el dinero que no has derrochado en caprichos innecesarios. Echa un vistazo a lo que llevas ahorrado en tu cuenta y haz una nueva planificación de próximas inversiones y compras.
¿Cuánto dinero tendrías ahorrado después de un año? ¿Te llegaría para unas buenas vacaciones? ¿Podrías jubilar tu coche viejito? Si hubieras empezado mucho antes, ¿podrías llegar a ahorrar la entrada de una casa?
Ahora coge ese dinero y dale un uso útil. Gástalo en algo positivo que mejore tu día a día. Añádelo a tus ahorros y pasa página. O dedica solo una parte en algo más frívolo, ¡como un flirteo final con tu antiguo yo impulsivo e irresponsable con las compras!
A modo de conclusión sobre los riesgos de las Rebajas para un comprador compulsivo
Las Rebajas se nos presentan a tod@s como el formato de oportunidad perfecta para cumplir nuestras necesidades y deseos por menos dinero.
A simple vista, nuestras carencias, vacíos e inseguridades podrían verse satisfechas con descuentos inigualables.
Este comienzo de año, te animamos a que vayas por delante de los expertos en marketing… Hazte experta en decisiones informadas, coherentes, conscientes y SOSTENIBLES.
Hoy y siempre recuerda algo importante…
Cuando compres durante las Rebajas, párate un momento a reflexionar, si ese producto, servicio u objeto que estás metiendo en tu cesta de la compra, te gustará y te compensará… no para los próximos 10 minutos, sino para los próximos 10 meses y 10 años.
¿Tú eres capaz de posponer tu gratificación en el tiempo para tomar buenas decisiones de compra?
O, por el contrario…
¿Las emociones te llevan como caballos desbocados y eres de “dedito rápido” con las gangas de Internet?
Estas Rebajas, no compres falsa felicidad a mitad de precio ni te dejes atrapar con estrategias de marketing.
Hasta aquí todo lo que quería contarte sobre el trastorno de adicción a las compras.
Si pones en práctica los consejos psicológicos anteriores, estarás en el buen camino de los que utilizan el sentido común con las decisiones de compras y las finanzas personales.
¿Te ha resultado útil este artículo? Entonces, te animo a compartirlo. Durante este periodo de Rebajas, haz que corra la voz, tus amigos quizá también necesiten alguna ayuda con las compras más compulsivas.
En nuestra embarcación seguiremos publicando testimonios y buenos consejos de psicología y adicción a las compras, así que ¡no te despistes!
¿Necesitas un apoyo más específico para superar una posible dificultad de compras compulsivas?
Ponte en contacto con un buen psicólogo especialista para superar tus dificultades de compras compulsivas
Después de todo lo expuesto, si te resuena el patrón descrito, te invito a no tomarte a la ligera tus dificultades de compra compulsiva.
Si andas peleada con las tentaciones de las Rebajas, déjame decirte que no tienes por qué resignarte a padecer esta dificultad que parece dominar tu vida.
Toma hoy tu decisión más importante: «Ya no quiero ser un comprador compulsivo»
Comparte un mensajito con nosotros a través de info@cristinacenteno.com y, ya sea en formato online o presencial (tanto en Tenerife como en Madrid), los profesionales de Decídete y Cambia nos pondremos el mono de trabajo contigo para mejorar los hábitos (cognitivo – emocionales – conductuales) implicados en tu patrón de compras.
No dudes en ponerte en contacto con nosotras. Puedes acceder a una píldora terapéutica de 30 minutos por solo 29 euros.
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Un abrazo grande y hasta pronto, querid@ amig@!
Cris. Decideteycambia.
Soy Cristina Centeno, psicóloga y «acanariada» feliz. Te muestro claves de psicología y coaching que te ayudarán a soltar lastres, a zambullirte con humor y confianza en la incertidumbre, a liberarte de tus miedos y tu apatía, a tener más claridad, firmeza y autenticidad a la hora de decidir y cambiar. ¿Estás lista para liderar la vida que realmente quieres y mereces? |