¿También te da miedo o temor acudir a un psicólogo para iniciar un viaje interior de psicoterapia?
No eres la única con ese miedo. Fíjate en el temor que sentía “Carla” en nuestro primer encuentro…
El vídeo de hoy es un poco diferente. Déjate sorprender por la coreografía del vídeo que me han regalado nuestra sobrina Andrea y su novio Dani: 2 bailarines con muchísimo talento. Este vídeo ilustra perfectamente las dudas y las fases que atraviesa una persona, un terapiado diamante la primera vez que llama a la puerta de un psicólogo. Ganemos en claridad para despejar tus brumas y temores. ➡
No tengo claro la razón por la que estoy aquí y he estado a punto de darme la vuelta justo antes de llamar al timbre. Justo ahora estoy “acojonada”, si te soy honesta. Me siento entre nerviosa, escéptica y expectante porque soy “virgen” en estos temas y no termino de tener muy claro qué es esto de la psicoterapia, o si es para mí, la verdad. “Carla», 39 años, profesora. Paciente presencial en consulta de Baden-Baden. |
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Un brindis por la expresión de nuestro temor a los comienzos
Lejos de abrumarme, este primer encuentro con “Carla” me pareció fantástico por su ejercicio de honestidad.
En este caso, el miedo, el escepticismo y las dudas iniciales de “Carla” me inspiraron para escribir este artículo, porque seguro que no es la única que tiene reservas y temores al iniciar la terapia con un psicólogo.
Es normal tener miedo a ir al psicólogo la primera vez
De hecho, podríamos decir que tener miedo al ir al psicólogo por primera vez es algo completamente normal.
Ese temor o esa especie de angustia al iniciar un tratamiento es una reacción más que ajustada y lógica ante un fenómeno desconocido, ese viaje al interior que puede suponer la terapia psicológica.
En esto de la psicoterapia, que es mi profesión y mi pasión, las cosas bien claritas, y el chocolate espeso (y bien negro).
Empecemos, entonces, despejando algunas de las brumas y los miedos de “Carla”; que podrían ser también tus miedos y brumas.
Primer pedrusco a despejar: No sé realmente si debo ir al psicólogo
¿Crees que lo “mío” realmente es de psicólogo? Yo creo que no estoy tan mal, ¿no? “Carla», 39 años, profesora. Paciente presencial en consulta de Baden-Baden. |
Vamos a intentar contestar a la pregunta que nos planteaba mi paciente “Carla” en nuestra primera sesión presencial.
En mi ecosistema habitual veo frecuentes casos de personas que intuyen o que saben con certeza que necesitarían ir al psicólogo. No obstante, día tras día también observo cómo esas personas van fabricando diferentes excusas para posponer esa decisión.
Excusas tenemos todas
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Estos son sólo algunos de los ejemplos de excusas, y parapetos para no pasar a la acción, que más escucho.
¿Qué hay detrás de muchas de esas excusas?
El MIEDO a ir a un psicólogo, y el temor a iniciar una psicoterapia, por estigma, por inseguridad, por falta de información…
Y la fábrica de excusitas y “caminitos mentales” para insistir en los intentos de solución propios (que suponen más de lo mismo) puede alargarse casi indefinidamente.
¿Qué hacemos con las excusas, los miedos y los prejuicios para iniciar un tratamiento psicológico?
Porque es más que evidente que iniciar un tratamiento psicológico no es una tarea sencilla.
Más bien todo lo contrario, todas y todos podemos localizar un camión entero de obstáculos y de prejuicios que torpedean o dificultan el inicio de un tratamiento psicológico.
Pensemos, por un momento en mi paciente “Carla” y en ese instante en el que, tras un tiempo despejando sus dudas iniciales llega a ser plenamente consciente de que SOLA NO puede. Esto ya es un ejercicio de honestidad y valentía brutal.
A veces no lo podemos TODO, y no pasa nada por dejarnos ayudar.
«Carla» concluye que necesita acudir a un profesional y, en ese momento, emerge otra gran duda en forma de “fantasmón” o de nubarrón de miedo al psicólogo y de temor a la psicoterapia:
¿Cómo me enfrento a esa llamada telefónica con el psicólogo para fijar la primera cita? “Carla», 39 años, profesora. Paciente presencial en consulta de Baden-Baden. |
Así describía mi paciente «Carla», la situación previa…
Un batiburrillo de impulsos y sentimientos confusos y contradictorios se mezclaban en mi interior.
Albergaba la esperanza y el optimismo de encontrar una salida casi mágica (y de la noche a la mañana) a todos los problemas que me atormentaban y me llevaban por el camino de la amargura. “Carla», 39 años, profesora. Paciente presencial en consulta de Baden-Baden. |
- Mini – inciso: ¿Se estará pasando “Carla” de ilusión de control u optimismo iluso al pensar que un psicólogo le cambiará la vida, como con una varita mágica, de la mañana a la noche?
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¡Qué presión y responsabilidad sobre los hombres de cualquier psicólogo! 😎
No te negaré, que también albergaba sentimientos en contra de ese impulso para llamarte. Miedo a ir al psicólogo, en todos sus formatos y colores:
“Carla», 39 años, profesora. Paciente presencial en consulta de Baden-Baden. |
Tal y como describe “Carla” a la perfección, toda esa amalgama de sentimientos, temores, dudas y expectativas, se mezclan, luchando unos con otros y creando un estado de incertidumbre ante ese primer contacto telefónico o presencial con el psicólogo.
Ya sabes lo que me encanta hablar de gestión de decisiones coherentes y de cambios empoderados. Precisamente, una encrucijada, como la que describe Carla es el caldo de cultivo perfecto para la toma de decisiones.
Toca decidir: ¿Pruebo las posibles ventajas de ir al psicólogo o me quedo como estoy?
Toca hacer un análisis coste-beneficio (siguiendo la técnica 10-10-10: en los próximos 10 minutos – 10 meses y 10 años) de ambas posibilidades:
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Apostar por la alternativa de seguir haciendo lo de siempre, con resultados previsibles, pero poco satisfactorios. 🙄
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Probar un nuevo intento de solución decantándote por la alternativa de dar ese saltito marcando el teléfono que, a ratos, te quema en las manos.
¿Tienes la decisión más clarita? ¿Ya te has decidido a ir al psicólogo?
Mejor dejemos que sea “Carla” la que te cuente cómo va madurando su toma de decisiones (“¿Llamo a la psicóloga o me quedo como estoy?”)
Mi amiga “Patricia”, también expatriada en Alemania, acude a psicoterapia contigo y está encantada. Ella me animó a llamarte, pero he pasado dos meses rumiando la decisión porque no lo veía claro y me asustaba. No conozco a nadie más de mi entorno, de mi familia o mi trabajo que vaya al psicólogo, y me pregunto “si soy la única que tiene problemas y necesita ayuda”. De hecho, mis padres me han intentado quitar la idea de la cabeza: “Pero el psicólogo es para los locos, ¡“Carla”! ¡Uf! He dejado de hablar del tema con ellos directamente. “Carla», 39 años, profesora. Paciente presencial en consulta de Baden-Baden. |
Entonces, ¿ir al psicólogo es cosa de locos o de valientes?
Unas estadísticas sobre la ayuda psicológica, cada vez más normalizadoras
Según el resultado de una estadística, que recogía, en el año 2018, el diario El Mundo, casi el 5% de los españoles recibía tratamiento psicológico.
Estas estadísticas han cambiado ligeramente en tiempos de pandemia, y lo comentábamos en nuestro artículo Conoce y supera la languidez o fatiga pandémica.
Según recoge el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en su última encuesta, uno de cada 10 españoles, principalmente por dolencias depresivas o de ansiedad, reconoce haber recurrido a ayuda psicológica durante la pandemia de la Covid.
Eres doblemente valiente al iniciar una psicoterapia.
Apoyándome en las dudas iniciales de “Carla” y en la normalización progresiva de la psicología, por delante queda dicho, entonces, que pienso que la persona que acude al psicólogo ya es una espartana que demuestra tener una gran valentía, por partida doble:
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Por vencer su inseguridad inicial para resolver sus dificultades o problemas de partida (depresión, ansiedad, insomnio, alcoholismo, estrés, anorexia, baja autoestima, etc.).
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Y por superar los resquicios de estigmas o prejuicios sociales en torno a la psicoterapia (ese temor “al qué dirán en el trabajo” de mi paciente “Carla”).
Hay que estar muy cuerda y ser muy valiente para cruzar, por primera vez, el umbral de la consulta del psicólogo.
Rompamos el estigma de la salud mental (y dificultades tan habituales como la ansiedad o la depresión), con más HUMOR: ➡
Tu miedo al psicólogo y la psicoterapia es un mensajero muy útil
Que sientas algo de miedo, temor, vergüenza o ansiedad ante la primera cita con el psicólogo es más normal. Lo raro sería estar indiferente y “tan pichi” ante esta situación. ➡
Ese temor de partida puede ser la brújula que te acerque a tus deseos y objetivos de cambio
En muchas ocasiones, esos temores de partida implican ponernos “al borde del trampolín” para dar el saltito de cambio de rumbo. Abrazar esa incertidumbre previa también puede ser fascinante: a modo de brújula que deberíamos seguir para explorar otros horizontes.
Si lo piensas un poco, justo antes de hacer las cosas más importantes de nuestras vidas (un gran viaje, una experiencia de cooperación, un nuevo trabajo, nuestra boda, tener un hijo, etc.), sentimos temor, incertidumbre y cierta ansiedad.
Y luego ya llegan el brindis, el disfrute y los fuegos artificiales 😉.
En el fondo sabes que…
Ese mini-peaje emocional es proporcional a la magnitud de tus objetivos y proyectos vitales.
Te toca abrazar esa dosis de incertidumbre y atravesar esa incomodidad con una cucharada extra de confianza (en este caso, con red de seguridad).
Ese extra de confianza en ti, en el acompañamiento de tu psicólogo y en tu futuro proceso de cambio está muy alineado con un objetivo final de bienestar.
Una META autodependiente que siempre, siempre, siempre TE compensa.
Te felicito, desde ya, por tu valentía y tu forma de abrazar la incertidumbre previa, porque, como en la canción, hace falta mucho valor para iniciar una psicoterapia. Y tú eres una espartana total.
¿Qué hago para afrontar mi miedo a ir al psicólogo? Confrontarlo con información real
Lo hemos comentado…
Tener miedo, vergüenza o ansiedad ante esa primera consulta es lógico y normal, así que vamos a darles su espacio y un toque de normalidad en nuestra “mesa camilla”.
Pese a estas emociones incómodas del comienzo, tengo un antídoto para esa persona que cruza por primera vez la puerta de mi consulta de psicoterapia (presencial o virtual) en Baden-Baden.
Cree que el mejor antídoto es la construcción de una base seguridad y confianza mutua que te permita ir sobrevolando, “a mordisquitos”, cada uno de tus miedos.
Para tu tranquilidad, en un primer encuentro, la única equipación que debes aportar como paciente a nuestra consulta son las ganas y la convicción de que deseas que te ayuden con nuevos intentos de solución para tu dificultad o problema.
En este sentido, a mí sólo me gustaría contar con esa base de apertura y receptividad a la posibilidad de que un psicólogo puede ayudarte a resolver tus dificultades o problemas psicoemocionales.
Es más, si “Carla” hubiese acudido obligada por su amiga a la consulta, ¿crees que serviría de mucho?
Probablemente, no.
La convicción y el deseo de “Carla” de superar sus dificultades fueron su gasolina para acudir a nuestra primera entrevista.
Y el espacio de “mesa camilla” siempre es el entorno idóneo para que todos los pacientes expresen con plena libertad sus miedos, sus vergüenzas, sus reservas, sus frustraciones, sus inquietudes, etc.
Y llega la mañana de la primera sesión de psicoterapia
Muchas de mis pacientes, al preguntarles cómo se sentían la mañana de nuestra primera cita (presencial o por videoconferencia), verbalizan que se sentían aterrorizadas. Les daban ganas de dar media vuelta antes de conectarse a nuestra sala de Zoom o de llamar al timbre de mi puerta.
Hablo de ese momentito justo antes de la primera cita en el que muchos pacientes confiesan haber estado a punto de “esfumarse”, por miedo, por inseguridad, por falsas expectativas, porque sus dificultades se han resuelto y por los múltiples mitos en torno a la psicoterapia.
En este caso, la mejor manera de afrontar miedos es mostrarles a mis pacientes un espejo con información real y confiable, porque en esto de la psicoterapia hay muy poco que perder o “temer” y mucho que ganar.
Los psicólogos tenemos poco que esconder en la psicoterapia.
Y yo, de hecho, soy de esconder muy poco como psicóloga y de poner, con transparencia, autenticidad y honestidad, todas mis cartas sobre la mesa desde el principio, como muestra de confianza y apertura para iniciar un proceso /viaje de calidad.
No te cortes al expresar tus temores
Creo firmemente que, expresar nuestro temor, nuestro escepticismo, nuestra vergüenza o nuestra ansiedad ya es una forma muy saludable de iniciar una terapia, para ir construyendo con firmeza y claridad bidireccional los pilares de la confianza terapéutica.
Verbalizar esos sentimientos nos ayuda a soltar lastre en este ejercicio de apertura y confianza inicial con el psicoterapeuta.
Piensa que todos los pacientes han pasado (hemos pasado) por esa u otra situación parecida justo antes de comenzar ese viaje “guiado y pautado” hacia el interior… una aventura nueva que puede transmitir cierto temor, sin duda.
Ése es el primer pedrusco que aparece en el camino, pero no es misión tuya eliminarlo. Tú solamente deberías acudir, con cierta curiosidad y con el deseo claro de mejorar. Todo lo demás ya es labor nuestra, como profesionales de la psicología y el bienestar.
¡Así que, déjate ayudar por tu terapeuta! ¡Relájate y disfruta las vistas del viaje hacia tu interior!
¿Aceptas mi ayuda como psicóloga en esos primeros momentos de incertidumbre?
Piensa, que como psicóloga que soy (y como paciente que ha realizado psicoterapia con una “terapeuta de terapeutas”), comprendo perfectamente cómo te sientes en esa primera cita…. Porque yo ya he estado en el lugar en el que te encuentras tú.
Si ya te has decidido a acudir, con tu mejor sonrisa (y tu manojo de incertidumbres también probablemente) a esa primera cita con un psicólogo hay algo básico que debes saber.
Para tu tranquilidad, unas premisas de nuestros objetivos como psicoterapeutas
Para que ganes en claridad ya:
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Te recuerdo que tu psicólogo es un profesional cualificado y con experiencia.
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La especialidad y el propósito de tu psicólogo es construir un escenario cómodo de confianza y comprensión para allanarte todos los obstáculos que te impidan expresar sus sentimientos.
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Aunque nos encarguemos de asignarte algunas tareas de cambio, tu psicólogo se centrará en crear un ambiente agradable, de cercanía donde te sientas relajada.
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Si te lanzas a expresar tus miedos o temores, verás que tu psicólogo nunca te juzgará y jamás te señalará con un dedo acusador, porque tu sufrimiento no nos resulta ajeno en absoluto.
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Intentaremos comprender y atenuar miedos y temores para que, a tu ritmo, encuentres la manera de ordenar y reajustar tus pensamientos, emociones y conductas.
En definitiva…
Es misión mía que tú sientas que puedo comprender y entender lo que te ocurre, y que, entre las dos podemos encontrar nuevos y creativos intentos de solución a tus dificultades.
Soy consciente de que, como “Carla”, puedes sentir miedo, sé que incluso puedes estar tentada de “recoger cable” y dar marcha atrás, pero, sobre todo, sé que puedo ayudarte.
Toma nota de las palabras “Carla” al finalizar nuestra primera consulta presencial:
Ahora me doy cuenta de que lo que me parecía una montaña, justo antes de atravesar esa puerta, no era más que un grano de arena… Los fantasmas se han esfumado en cuanto me he sentado y te he visto sonreírme. Me ha flipado lo fácil que ha sido abrirme ante una desconocida como tú, aireando mi dolor y mis más profundas emociones. Me he sentido totalmente comprendida, validada y reconfortada… “Carla», 39 años, profesora. Paciente presencial en consulta de Baden-Baden. |
En este escenario comenzábamos a construir mi paciente “Carla” y yo un vínculo fuerte paciente – psicoterapeuta.
Y esto era sólo el comienzo de nuestra aventura. 😉
¿Nos lanzamos con esto de la psicoterapia? Te tiendo mi mano y toda mi confianza
Tendremos oportunidad de seguir profundizando mucho y bien en el sentido de la psicoterapia y en la figura y las funciones del psicólogo. De momento hoy espero haberte ayudado a disipar algunas de tus reservas y miedos a acudir al psicólogo.
Y tú, ¿me das un voto de confianza para intentar ayudarte?
¿Necesitas unas claves extra para superar tus últimos miedos?
Decídete ya y reserva tu sesión estratégica
¿Quieres que te ayude personalmente a construir un plan de acción alineado con una vida plena, feliz y con propósito? ¡Decídete ya y cambia para mejorar tus metas y tu vida!
Una vez sobrevolado el miedo, creo firmemente que un psicólogo online puede ayudarte a mejorar la forma en la que manejas tu energía vital y tu descanso.
Si quieres que te tienda un puente extra de consciencia, bienestar y poderío psicológico (estés donde estés), es muy fácil…
Reserva ya tu sesión estratégica
¡Un abrazo y hasta pronto!
Cris. Decideteycambia.
Soy Cristina Centeno, psicóloga y «acanariada» feliz. Te muestro claves de psicología y coaching que te ayudarán a soltar lastres, a zambullirte con humor y confianza en la incertidumbre, a liberarte de tus miedos y tu apatía, a tener más claridad, firmeza y autenticidad a la hora de decidir y cambiar. |