Cómo romper con tu pareja: Conoce claves de psicología

¿Es fácil romper una relación de pareja?

«Ya no siento lo de antes, pero decirle a mi marido que quiero romper ahora parece una locura. Por otra parte, no sé si podré soportar este fracaso sentimental sobre los hombros».

(Marta, 44 años). 

¿Te resultan familiares las palabras de Marta? 😳 

Marta ya había tomado la decisión de romper con su pareja, pero no se atrevía a ejecutar el cambio.

Todo apunta a que, en muchas ocasiones, necesitamos que validen nuestra decisión y que nos liberen de la culpa y la sombra de fracaso cuando decidimos finalizar una relación de pareja insatisfactoria.


Cuando nos toca romper y cambiar de rumbo 

Aún, en tiempos de vacaciones, de pandemia o de fiestas de guardar, las personas seguimos afrontando decisiones importantes en nuestra vida, cambiando la hoja de ruta, dejando empleos insatisfactorios, emigrando, rompiendo con una pareja “en la cuerda floja” y volviéndonos a enamorar, por ejemplo.

La Covid se convirtió e un condicionante gordo, y fuente de múltiples renuncias, miedos, tiempos de espera y pérdidas de todo tipo, sin duda. También pudo ser un estresor o un elemento clave de desgaste para muchas parejas.

Lo que está claro es que el impulso humano de búsqueda de una buena vida coherente con nuestros valores y objetivos de partida es casi, casi imparable.

Al margen de los condicionantes externos, decidir romper con nuestra pareja y asumir “esto ya no fluye” nunca es fácil

Veíamos juntas en nuestro post: «¿En la cuerda floja con tu pareja? Supera tu indecisión», las claves para tomar una decisión sentimental coherente en el corto – medio y largo plazo.

Después de la pandemia o de las vacaciones, muchas de mis pacientes han tomado ya una decisión pero no se atreven a dar el paso firme. Me plantean, como en el relato de Marta, que éste probablemente sea el peor momento para romper.

No obstante, el amor y el desamor no entienden de momentos, ni de fiestas de guardar, ni de pandemias. Es una fuerza que se abre paso y no suele haber compuertas ni autoengaños que detengan estos procesos, por mucho tiempo.

Cómo y cuándo dar por terminada una relación

Cuando le vemos la fecha de caducidad al yogur de nuestra relación y empieza a oler a rancio, es momento de afrontar con honestidad que ya no podemos seguir comiendo mini-dosis de ese postre…

Un postre que, a medio o largo plazo (en los próximos 10 meses o 10 años), se convertiría en un claro boicoteo para nuestro bienestar.
Nos lo debemos… Te lo debes por honestidad y coherencia personal.

¿Existe algún buen momento para romper con nuestra pareja?

Ya lo he compartido antes… Es cierto que muchas personas crecimos con esa idea de amor romántico; ese vínculo que dura toda la vida. Dos personas se enamoran, son felices y comen perdices… para toda la vida. Y chimpún. Bonito, pero, no siempre viable, vaya.

Y, en demasiadas ocasiones, las perdices se atragantan, de hecho.

Algunas parejas consiguen “ese para toda la vida”, de manera fluida. Otras se mantienen forzando y apretando dientes, «porque es lo que nos han dicho que debería ser»: por los peques, por las ataduras económicas, por la imagen, por el “qué dirán” … cada una tiene sus motivos.

Yo no voy a juzgar los distintos motivos para seguir apostando o para decidir romper: hay tantos modelos de parejas y relaciones como personas.

Aun así, hoy sabemos que, en muchas parejas, el amor no es para toda la vida… y que hay separaciones y rupturas.

guia decisiones

¿Es terrible afrontar una ruptura cuando algo no funciona?

Una vez superados los dañinos y distorsionantes mitos del amor romántico, me gustaría que juntas le quitáramos el estigma de «catastrofismo» a las rupturas sentimentales. 🙄 

El objetivo es que podamos soltar cable y relativizar el ciclo de «rupturas» – «ensambles» y re-conexión con la ilusión como motor.

Romper con alguien no es algo terrible que nos impida seguir con nuestro proyecto de vida (el que nunca se para) y ser felices, una vez superado el periodo de duelo.

Mini-confidencias «Crispiles» sobre mis rupturas y fracasos ¿? en el amor

  • Yo también he fracasado en el amor varias veces, e incluso “por la puerta grande”.
  • En algunas ocasiones, “he fracasado yo” y, en otras, “me han fracasado” 😉.
  • También he hecho elecciones sentimentales nefastas…
  • He podido tener expectativas desajustadas sobre un amor ñoño y de felpa…
  • También me declaro responsable de haber boicoteado otras relaciones “por bajo merecimiento”, por ejemplo.
  • Otras ocasiones simplemente, desde el amor, el respeto y la gratitud, la cosa no ha funcionado y nos hemos dicho “Buena suerte y Tschüss, compañero de etapa”.
  • Pero siempre he aprendido y vivido intensamente lo que tenía que vivir, eso sí.

Como ves, ha habido un remix interesante en mi vida sentimental, así que tú y yo no somos ninguna excepción. He de confesarte que, en esta atalaya de estabilidad en mi nuevo paraíso canario, aún me siento aprendiz perpetua y artesana de relaciones “medicina”. 😛 


Para tatuar: Las relaciones fracasan, las personas no

En este punto, me gustaría reformular contigo la losa que asusta y bloquea a muchas personas “en la cuerda floja” cuando sobrevuela el sentimiento de fracaso en sus vidas, antes – durante – después de una ruptura.

Creo firmemente que no deberíamos sentirnos fracasadas cuando nuestra relación fracasa. Porque el vínculo, que construiste con una persona, y que te sirvió durante un tiempo, ha dejado de servirte en la actualidad.

En último término, fracasa la relación; nunca fracasas tú como persona.

¿Cómo juegas el partido del amor y las rupturas?

Un amor que se desgasta y se marchita; una persona, que te juró amor eterno, te deja; tú que te enamoras de otra persona… y no pasa (casi) nada.

Así es la fluir de la vida, porque hemos decidido venir al campo de juego a “sudar la camiseta” y no a quedarnos sentadas desde el banquillo.

Tenemos que afrontar las reglas del juego, las sorpresas (no siempre positivas) y las frustraciones de la vida desde la madurez, atravesar el duelo con valentía y, siempre, siempre, (re)conectarnos con la ilusión como motor, para retornar al campo de acción.

A mí me gusta pensar que la vida fluye y que “lo que sucede, conviene”, así que mis rupturas (aparentemente injustas, absurdas, irracionales por definición) siempre han ocurrido por algo también.

A veces, por un exceso de ego o de dependencia emocional, tratamos de forzar lo que ya no funciona. Puedes hacerlo por respeto hacia ti, hacia tu pareja, por respeto a tus hijos y a lo que significa esa palabra tan bonita que es AMOR.

Intentar quemar todos los cartuchos está bien y también nos ayuda a despedirnos diciendo…

 “Bien jugado. Lo hemos intentando todo y, aun así, la cosa no termina de fluir. Mejor despedirnos aquí antes de que la relación se termine de deteriorar del todo”.

Creo también que todas tenemos derecho a decidir con honestidad, a asumir las ganancias y las pérdidas de una posible ruptura.

Tenemos el derecho a fracasar en pareja; a decidir no continuar sin diluirnos en un exceso de explicaciones; a recalibrar la brújula interna empezando de nuevo y a ser felices, solas o con otra persona.

Todos los formatos de vida y convivencia son válidos y maravillosos, siempre que sean coherentes con tus valores y necesidades de partida.

Es más, tan válidos son los amores para toda la vida como amores de “segunda, de tercera o de décima hornada” y las familias ensambladas, por ejemplo.

Suelta el látigo ya y no te fustigues más, a la hora de  romper

Por todo esto, te animo que sueltes el látigo y te desapegues de la sombra de fracaso, culpa o arrepentimiento, porque ya ves que no eres tan diferente.

Mi invitación para ti hoy es que le mires la fecha de caducidad a tu yogur con valentía y honestidad.

Sé sincera y explícale a la otra persona los motivos reales de la ruptura

Explícale cómo te sientes y el porqué de tu decisión, el cómo terminar su relación es ya una cuestión personal, pero no le hagas reproches. La persona de la que nos queremos separar ha formado parte de nuestra vida hasta ahora, no la ofendas sacando lo peor de la relación. Dile, por ejemplo, lo sola que te has sentido, en lugar de reprocharle “nunca buscabas tiempo para estar conmigo”. Piensa en cómo te sentirías recibiendo un mensaje de reproche o un argumento personal lícito de insatisfacción.

Evita malentendidos, sé sincera y deja muy claro que se ha terminado. No des pie a falsas esperanzas.

Sin entrar en el «sincericidio», cuéntale las verdaderas razones de la ruptura…

Si, por ejemplo, te has enamorado de otra persona, está en tu mano decidir si se lo transmites o no, pero recuerda que podría ser más doloroso para la otra persona enterarse por amigos o conocidos.

Como siempre le digo a mis «terapiados diamante», para comunicar y articular ese cambio de rumbo, en ocasiones, nos tocará dejar en un segundo plano la empatía (una fortaleza relacional y comunicativa funcional en muchos ámbitos).

Tal vez sea la ocasión perfecta para intentar asumir un rol más neutro, más objetivo y más aséptico en nuestra comunicación con el otro/ la otra.

El motivo de este patrón comunicativo más frío no es generar dolor adicional, sino despegar de la ecuación las falsas expectativas o ilusiones de retorno.

Implica, en definitiva, hacer un corte más limpio, que nos permita transitar el «contacto cero» con claridad, al menos durante un plazo de tiempo inicial para sanear y reparar.

Y, tal vez, si así lo decidís, dejar el felpudo más limpito para (re)aprender, en el medio – largo plazo, a ser amigos (y ya no pareja).

Haz previsión de respuesta y procura estar preparada para la reacción de la otra persona

A todas nos encantaría saber cómo terminar una relación de la mejor manera posible. Pero, por mucho que la ruptura se viera de lejos, el momento de la separación es difícil.

Habla de manera calmada, si la otra persona no se lo esperaba, seguro que necesita unos minutos para reaccionar, y le asaltarán las preguntas.

Intenta comprender que si tu ex rompe a llorar, es una manera de exteriorizar sus sentimientos, no te sientas culpable por ello… Es mucho peor seguir con la relación, si estás convencida de que no funciona. Y seguramente tampoco es fácil para ti.

Recuérdalo…

Os generaréis muchísimo más daño, si decides continuar con una relación en la que te sientes infeliz.

Intenta que no te influyan los reproches o acusaciones que pueda realizar contra ti tras comunicarle tu decisión, el chantaje emocional es una gran arma persuasoria que busca ante todo el malestar de las otras personas. Es el momento de pensar en ti y en tus intereses de futuro, la ruptura podría considerarse como una nueva oportunidad para vivir y hacer todo aquello que siempre habías deseado.

Aprender a quererte es esencial para no sentirse culpable, es el momento de mirar un poco (o mejor un mucho) por ti misma.


Aprende a gestionar la posible emoción de culpa tras la ruptura

«Decidí terminar con mi pareja, ¿cómo manejo la culpa?» 

“Marta”, 44 años, ingeniera, Tenerife

 Ya sabemos de sobra que abandonar una relación siempre es una decisión complicada que nos enfrenta a muchas dudas e inseguridades. 

Si eres tú la persona que propone el fin de la relación, es probable que lleves algún tiempo de cierta rumiación y sensación de incomodidad, mientras preparas la mejor retirada posible. Y sabemos que no siempre existe una retirada óptima, sin daños colaterales.

Seguramente dar el paso y sostenerlo te hace sentir, en mayor o menor grado, culpable.

Si tú fuiste la «terminadora», muy probablemente puedes atravesar cierta culpa por lo que dejas o dejas de hacer.

La culpa genera remordimientos y una sensación de ser poco merecedoras, crueles o malas.

A continuación, quiero que nos enfoquemos específicamente en las emociones más perturbadoras de la persona que «se va»; la persona que decide terminar… y que también atraviesa su proceso de duelo particular.

La culpa, de manera general, se produce cuando lo que haces no corresponde a lo que piensas. Generalmente, porque consideras que tus acciones no están a la altura de alguna norma que tienes en tu interior.

Y de esa incongruencia brotan el ruido, la disonancia y la perturbación emocional.

Nuestro comportamiento se rige por un código interno, generalmente formado años atrás con la influencia de nuestros padres y educadores primarios. Este código está constituido por normas que operan en nosotras, algunas de manera consciente, otras de forma inconsciente. 

Culpa funcional vs culpa como error de entendimiento. Tu ancla… tus valores

¿Y si te digo que la culpa es un error de entendimiento? 

Déjame adelantarte que me parece fantástico que nuestro comportamiento se rija por un código interno de normas (más o menos conscientes).

Y claro, el sentimiento de culpa es funcional si te ayuda a resolver un problema, a cuidar de ti misma y de los demás, así como a reparar los daños de acciones equivocadas.

No obstante, hay una culpa disfuncional que sólo añade sufrimiento extra a tu vida, convirtiéndose en un problema más.

Necesitas mucha claridad, racionalidad y flexibilidad para distinguir qué «culpas» le corresponden a cada quien en una relación.

Está claro que cada miembro de la relación hizo y dijo cosas, de las que cada cual debe hacerse cargo: la responsabilidad de nuestros actos no puede ni debe ser delegada a nadie con el fin de «lavarnos las manos».

En muchas ocasiones sentimos culpa por algo que, realmente, no estaba en nuestras manos evitar. Otras tantas ocasiones somos responsables de cosas que no hemos notado, o bien no queremos aceptar.

Claves para afrontar tu decisión de romper, sin culpas

Al hilo de todo lo anterior, al enfrentarnos a las decisión de terminar una relación, te recomiendo considerar los siguientes puntos…

  1. Reconoce y valora todoooossss los esfuerzos e intentos que hiciste por resolver los problemas, con intentos de solución creativos, antes de romper. En ocasiones, nuestra culpa proviene de pensar que «no hicimos lo suficiente para reparar las cosas».

  2. Revive y escribe (con evidencias y datos recopilados) la experiencia de insatisfacción y sufrimiento que te motivaron a salir de la relación. Esto es importante para anclarte a las causas que te llevaron a ello y no perderte en los «hubieras», los «deberías» o la fantasía de escape de que, quizás, lo mejor sería dar marcha atrás, por ahorrar los 10 minutos de incomodidad inicial. 

  3. Anota tus deseos, intereses, necesidades y valores que se veían truncados al ser pareja de esa persona.

  4. Recuerda lo que sí te dio en el pasado esa relación ya caduca: hónralo y agradece en tu interior haberlo vivido.

  5. Pregúntate cuál es la razón precisa por la que sientes culpa: ¿causaste algún daño real o la culpa viene de repetirte constantemente que eres «mala» por estar «abandonando» tu relación? 

  6. Si reconoces que lastimaste a tu ex innecesariamente. Pide disculpas cuando sea el momento preciso y trata de reparar, en la medida de lo posible, lo que pudiste romper, pero sin abrir las puertas a una reconciliación. Es importante responsabilizarte de tus acciones, pero recuerda que reconciliar y reparar el daño no tiene porqué implicar que tengas la intención de retomar la relación. 

  7. Visualiza la vida futura que se abre para ti gracias al valor de terminar con una relación que no correspondía a la persona que eres hoy. Inicia el camino de conquista de ese futuro que comienza a partir de hoy.

 
A modo de recordatorio… Ya Voltaire afirmaba hace muchos años…
He decidido hacer lo que me gusta porque es bueno para la salud.
Es mejor que te dediques a vivir lo mejor que puedas y esperar, sin mayor certeza, que tu felicidad les cause alegría a los demás. Estos son los términos sobre los que cabe actuar para romper las cadenas emocionales que te aprisionan mediante la culpa.
 
Una vida plena requiere de sentirnos satisfechas con nuestras relaciones, nuestras actividades y saber que, frente al sentimiento de culpa, tenemos la madurez emocional para hacernos cargo de nuestros errores.
 
Recuerda…
 
No podemos terminar una relación por cualquier elemento menor, frívolo y puntual. Sin embargo, un vínculo tampoco puede sostenerse a cualquier precio.
Una sana y cuidadosa ruptura, es mejor que una mala y destructiva relación.

Recupera tu protagonismo en tu escenario

El siguiente paso del proceso es recuperar tu rol como protagonita de tu escenario, priorizarte y recuperar tu claridad vital con 3 preguntas faro:

  • ¿Qué siento?

  • ¿Qué quiero realmente? ¿Cuál es mi para qué o mi intención vital para hoy y para todos los días que vengan a partir de esta ruptura?

  • ¿Qué necesito para construir mi verdadero proyecto de vida (ése que no se para nunca)?

romper y felicidad

Date permiso para construir la vida que realmente quieres y tatúate que no estás fracasando… estás probando un intento de solución diferente para lograr tus objetivos de bienestar y “llegar al puerto donde realmente quieres estar”.

Te aseguro que las parejas o personas que ves por la calle no son ni más funcionales, ni más felices ni mejores que tú.

Y recuerda que, tarde o temprano, cuando las piezas de la vida se ordenan, y te abres nuevamente, aparece alguien para ti, si tú lo deseas.

Aunque suene ñoño, creo que, al final todo sale bien, aunque aparentemente pierdas el control de lo que está pasando….

Y si no sale bien, es que aún no es el final. 😀 

Es más…

Recuerda: Pase, lo que pase, ni tu lengua es muy larga ni tu falda muy corta 😎 

Hace 20 años nuestro Sabina tuvo un (des)amor que lo dejó bien jodido. Y dicen que los mejores poemas y canciones se escriben así, cuando estamos destrozadas y despechadas. Tal vez su canción tenía tintes de catarsis o, incluso, venganza y, sin quererlo, se convirtió en un himno generacional que ya tiene más de 20 años. 

¿Tú también has vivido una historia tipo 19 días y 500 noches?

Toda historia de amor o de desamor tiene, como mínimo, dos versiones o dos posibles verdades. En esta ocasión, quiero compartir contigo, a modo de regalinchi, la respuesta de la mujer que inspiró a Sabina: una ácida versión feminista escrita por el poeta Benjamín Prado.

La cantante Travis Birds interpreta le explica a Sabinita y, ya de paso, nos explica, con mucho salero, porqué dejó de quererle.

Porque… 

“Toda canción, al cambiar de persona, no dice lo de siempre cuando dice lo mismo”.


Apuntes finales sobre rupturas y «hasta luegos»

Seguiremos hablando mucho y bien de las claves que te ayudarán a superar una ruptura.

De momento, hasta aquí llega mi reflexión del día sobre el cambio de rumbo sentimental. Espero que este post te ayude a darte permiso para tres procesos fundamentales:

  • Ponerte una oreja por dentro y pasarle la Itv a tu relación de pareja

  • Para decidir con coherencia “quién quieres que te acompañe en los próximos 10 minutos – 10 meses y 10 años”.

  • Una vez tomada la decisión, planificar y ejecutar la ruptura, ligera y libre de culpas. 

Si en este ejercicio introspectivo descubres que “tu yogur” ya no está comestible, en tu mano estará asumir la responsabilidad de cambiar el rumbo de tu barquita y llegar a un mejor puerto con la bandera en alto de ➡ “hasta aquí hemos llegado, pero qué bien lo hemos jugado”. 

 

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¡Un abrazo y hasta pronto!

Cris. Decideteycambia.

detalle-ola_cristina centeno  

Soy Cristina Centeno, psicóloga y «acanariada» feliz. Te muestro claves de psicología y coaching que te ayudarán a soltar lastres, a zambullirte con humor y confianza en la incertidumbre, a liberarte de tus miedos y tu apatía, a tener más claridad, firmeza y autenticidad a la hora de decidir y cambiar.

¿Estás preparada para liderar la vida que realmente quieres y mereces?

 

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