Cómo apoyar a un ser querido con depresión

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Qué podemos hacer para apoyar con eficacia a un ser querido con depresión

No es la primera vez que abordamos en nuestra embarcación el pulpo de la depresión… uno de los grandes males de nuestro tiempo que afecta a más de 350 millones de personas en todo el mundo.

Para saber qué es la depresión, cómo nos afecta y cómo superarla, te animo a revisar tres de mis artículos. 

Al hilo de una de las cuestiones que nos hacían llegar sobre la depresión en las redes sociales, hoy nos gustaría darle respuesta a un interrogante importante: ¿Cómo podemos apoyar y acompañar a un familiar o amigo con depresión?

Es evidente que, cuando la depresión se instala en nuestro ecosistema directo, y más concretamente afecta a nuestra parcela familiar, la vida individual y compartida del resto de los miembros de la familia, se altera y deteriora de forma seriamente.

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El interrogante que nos asalta ahora es:

¿Cómo podemos ayudar y ofrecer nuestro apoyo y acompañamiento a una persona cercana con depresión para facilitar su recuperación?

A continuación, comparto contigo algunas recomendaciones que pueden resultarte útiles al conocer, afrontar y apoyar la depresión de un ser querido.

Vamos a delimitar juntas un enfoque de ayuda y acompañamiento.


Primer paso: identifica si realmente tu ser querido está afectado por la depresión

Antes de iniciar ninguna acción para intentar apoyar a alguien con depresión, debemos ganar en claridad para diferenciar el trastorno de depresión de un estado transitorio vinculado con cambios o crisis puntuales en alguna de sus 6 parcelas vitales.

¿Podría tu ser querido estar atravesando, por ejemplo, un estado de duelo por la pérdida de empleo o una ruptura de pareja?

En este punto, déjame recordarte indicadores que pueden alertarnos de un episodio real de depresión.

Como ya veíamos en nuestro artículo “Día Mundial de la Lucha contra la Depresión: anota”, los síntomas de depresión incluyen:

  • Estado de ánimo triste, irritable o bajo la mayor parte del tiempo.

  • Dificultad para conciliar el sueño o exceso de horas de sueño.

  • Cambio notable en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso.

  • Agotamiento y falta de energía.

  • Pérdida de placer en actividades que antes resultaban gratificantes, incluso la actividad sexual.

  • Inactividad, recogimiento y restricción de las actividades habituales.

  • Dificultad para concentrarse en cualquier tarea.

  • Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio.

  • Sentimientos de inutilidad, odio hacia la persona y culpa.

  • Sentimientos de desesperanza o abandono.

  • Movimientos demasiado lentos o rápidos.

En definitiva…

Si tu ser querido ha tenido, durante un tiempo prolongado, una tristeza acentuada, dificultad para concentrarse, apatía o pérdida de interés por las actividades y cosas que antes le motivaban y cambios bruscos en sus ritmos de descanso o alimentación (porque come o duerme por exceso o por defecto) es momento de que nos movilicemos.

Uno o varios de los síntomas anteriores deberían ser un motivo más que suficiente para alertarnos y buscar nuevos intentos de solución.

Ante este panorama no podemos restar importancia al asunto, mirando hacia otro lado y haciendo como si no estuviese pasando nada.

Lo que le pasa a nuestro ser querido no se trata de un capricho, sino una enfermedad.

Hagamos algo, entonces, por la SALUD MENTAL de esa persona significativa para nosotras.

¿Estás bien equipada para apoyar a un ser querido con depresión?

Si decidimos pasar a la acción e involucrarnos de lleno para apoyar a nuestro ser querido con depresión, la travesía de acompañamiento debería pasar por tres puertos cruciales:

  • Conocer de cerca el trastorno.

  • Motivar la petición de ayuda profesional.

  • Realizar un acompañamiento sostenible desde la cercanía, la aceptación del proceso y el autocuidado.


Segundo paso: ponles cara a los tentáculos de la depresión para conocerla y optimizar la ayuda que le brindaremos a la otra persona.

Si previamente no hemos vivido este trastorno de una forma cercana es importante que nos informemos y recopilemos todos los datos precisos sobre el proceso de la depresión para ganar en claridad y reajustar nuestras expectativas.

Gana en claridad leyendo:


Tercer paso: anima a tu ser querido con depresión a pedir ayuda profesional.

Recuerda que la depresión es una enfermedad tratable y que la terapia psicológica será la palanca de cambio crucial en todo el proceso de curación. No se trataría de una muletita accesoria sino una herramienta fundamental para ponerle fin a los síntomas más limitantes (como la ideación suicida) y lograr la recuperación plena.

Por cierto… ¿Tu ser querido es capaz de asumir su enfermedad y de dejarse ayudar?

Como familiar o acompañante de lujo podemos motivar, como referentes positivos, que la persona afectada por la depresión acepte y se comprometa con el proceso de psicoterapia que tiene por delante.


Cuarto paso: acompaña a tu ser querido con depresión, desde una atalaya de estabilidad, cercanía, aceptación del proceso y autocuidado.

Te invito, en este punto, a acompañar a tu ser querido en este proceso, tanto en las actividades diarias como a lo largo del itinerario de psicoterapia, encontrando ese equilibrio entre la ayuda empoderante y los límites de autocuidado.
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Quinto punto para apoyar a un ser querido con depresión: no personalices las conductas de esa persona.

Es normal que a ratos te sientas frustrada e impotente ante algunos comportamientos (poco previsibles o razonables) de tu ser querido. Lo natural es que se muestre distante, apático/a, sin deseo sexual, sin interés por nada ni por nadie, irritable, cambiante, aletargado/a, despersonalizado/a…

Como adelantábamos ya, todo este repertorio de conductas pueden ser manifestaciones habituales del pulpo de la depresión.

No te lleves estas manifestaciones de la depresión al terreno de lo personal ni hagas una interpretación suspicaz.

Tal vez tu ser querido te transmita con sus actos de “coceo” que no te necesita, pero te animo a interpretarlo como la necesidad contraria: él o ella se siente completamente vulnerable.

A pesar de sus conductas evitativas de esa persona importante para ti, tu presencia y acompañamiento le harán mucho bien como bálsamo para su depresión.


Sexta parada de acompañamiento: suelta el pie del acelerador de las presiones.

Recuerda que superar una depresión es un proceso, de cimas y valles, y cada altibajo requiere tiempo.

La navegación puede verse afectada por mar picada, así que mejor que nos liberemos de los agobios, las exigencias rígidas y las presiones…

Tal vez pensemos que esa persona no está haciendo nada por salir del pozo de su enfermedad, pero, al levantarse de la cama cada mañana, él o ella hace un sobresfuerzo y libra su propia batalla contra la fuerza que le tironea hacia la pasividad.


Séptima clave de acompañamiento: ayuda empoderando y sin sobreproteger en exceso

La responsabilidad de cada cosa es de quien la toma, así que, aun conscientes del sobreesfuerzo que puede suponer para alguien deprimido afrontar las actividades de la vida diaria, no asumas esas funciones por él/ella.

Anima, motiva a desglosar esa actividad en mini-mordisquitos, para devolverle un sentir de utilidad, logro y empoderamiento progresivos.

Tira de refuerzos positivos, pero más que el pescado limpito y sin espinas, bríndale siempre la caña de pescar para que se vaya haciendo cargo de su vida.


Octava clave para apoyar un proceso depresivo: doble taza de empatía

Es obvio que una persona que atraviesa una depresión necesita la presencia o cercanía de sus seres queridos, un marco libre juicios de comprensión, desahogo y escucha activa.

Hasta aquí todo claro… y como conseguiremos más cosas con miel que con palos, te animo a guardarte el reproche cuando esa persona no come un día o no hace la compra.

Intenta validar sus mini-esfuerzos y proponerle recorrer la mitad del recorrido al supermercado al día siguiente.


Novena clave de ayuda: aligera la indefensión aprendida y los errores de entendimiento de la culpa.

Casi para tatuar: Con la depresión parece que, tanto las personas que la sufren como los que estamos acompañando, perdemos el interruptor de controlabilidad en el proceso.

En cualquier caso, no es culpa de nuestro ser querido estar deprimido ni tampoco de quienes estamos con él/ella.

Todas y todos lo hacemos lo mejor que podemos y sabemos con los recursos que tenemos a nuestro alcance y debemos anclarnos a la impermanencia de un proceso tratable y con fecha de caducidad.


Clave 10 para apoyar a alguien con depresión: valora, refuerza y empodera a la otra persona por sus (mini/macro) avances diarios

Por pequeños que parezcan, debemos reforzar aquellos avances y logros que se producen durante la terapia.

Casi nada ocurre por arte de magia de la noche a la mañana. Debemos ir prestando atención a esas micro-señales de que se reducen los puntos de fricción, encontramos y ponemos en práctica intentos creativos de solución y que avanzamos por el buen camino.

Con cada mini-avance, recuerda que ya queda un paso menos para la recuperación.


Clave 11 para apoyar sin desgastarnos: encuentra ese equilibrio entre el acompañamiento y tu autocuidado, poniendo límites si es preciso.

Convivir con una persona que sufre depresión no significa que ésta deba contagiarnos y arrastrarnos en una espiral conjunta.

Apoya al otro con tu mejor actitud sí, pero reserva espacio para ti misma, cultivando aquellas relaciones y actividades “vitamina” con las que puedes encontrar propósito y placer.

Eres mucho más que acompañante o cuidadora, y si tú no estás bien difícilmente podrás ayudar a otra persona.


Clave 12 del acompañamiento: reajusta expectativas mutuas y confía en un proceso gradual de recuperación.

Te animo a no crear falsas expectativas en forma de soluciones o pildoritas milagrosas.

El proceso de recuperación es ascendente, gradual, con avances y retrocesos y cada persona tendrá sus tiempos y ritmos para llegar a la cima.

Ya lo hemos dicho…

Confía en tu persona diamante, encontrando espacios y tiempos para oxigenar el vínculo y no te impacientes más de la cuenta para evitar frustraciones innecesarias.

Y, te animo, sobre todo, a mantener ese equilibrio entre tu toma de consciencia sobre el sentido y utilidad de tus espacios de apoyo y acompañamiento y los límites de tu musculatura emocional o de resiliencia.

Como te dirían los estoicos, mantente en tu círculo de influencia o control, aligerando la mochila del acompañamiento de piedras de preocupación y autoexigencia poco realistas. De esta forma, evitarás que el acompañamiento se convierta en una fuente de angustia y ansiedad.

Recuerda, en último término, que la responsabilidad de la recuperación recae, sobre todo, en el propio paciente y los profesionales de la salud mental que guían y apoyan todo el proceso.

La tempestad de la depresión pasará y, durante la travesía, póntelo fácil: pide ayuda, no culpes, no sobreprotejas, no presiones y céntrate en ti.


Clave 12+1. Ponte una oreja compasiva y cuidadora por dentro y formúlate tus tres preguntas faro durante el acompañamiento de tu persona diamante

A modo de triple anclaje final, no dejes de cuestionarte, cada vez que haces pis, incluso:

  • ¿Qué siento YO?

  • ¿Qué quiero YO? ¿Cuál es, por tanto, mi propósito o para qué de cada acción de acompañamiento?

  • ¿Qué necesito YO para ayudar con más fluidez y ligereza?

Y esto es todo por hoy. Aquí rematamos los 12+1 ingredientes del guiso del acompañamiento de un ser querido con depresión.

¿Qué clave te parece especialmente útil para tu acompañamiento?

¿Tu ser querido está preparada/o para dejarse apoyar en su dificultad de depresión? Póntelo y pónselo fácil con un puente de Psicoterapia brindado por nuestro equipo de Decídete y Cambia.

 


Ponte en contacto con un buen psicólogo especialista para que tu persona diamante pueda superar sus dificultades de depresión

Después de todo lo expuesto, te invito a no tomarte a la ligera las dificultades de depresión de tu ser querido.

No tenemos por qué resignarnos a padecer una depresión que parece cronificarse. 

Comparte un mensajito con nosotros a través de info@cristinacenteno.com y, ya sea en formato online o presencial (tanto en Tenerife como en Madrid), los profesionales de Decídete y Cambia nos pondremos el mono de trabajo contigo para mejorar los hábitos (cognitivo – emocionales – conductuales) implicados en el cuadro de depresión de tu ser querido.

No dudes en ponerte en contacto con nosotras. Puedes acceder a una píldora terapéutica de 30 minutos por solo 29 euros.

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Un abrazo grande y pura vida, querida amiga!

Cris. Decideteycambia.

detalle-ola_cristina centeno

Soy Cristina Centeno, psicóloga y «acanariada» feliz. Te muestro claves de psicología y coaching que te ayudarán a soltar lastres, a zambullirte con humor y confianza en la incertidumbre, a liberarte de tus miedos y tu apatía, a tener más claridad, firmeza y autenticidad a la hora de decidir y cambiar.

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